Amaia:Llegué a la cafetería y vi a Alfred sentado en una mesa al fondo.
—¿Cuánto llevas esperando? —Le pregunté yo
—Nada, no te preocupes —Respondió dándome un pico. — Llevaré 5 minutos.
Pedí un colacao (no me gusta el café) y esperé a que llegara hablando con él.
Cuando ese día por la mañana me había dicho de quedar, ya no existía ninguna excusa que no hubiera usado antes para no verle.
En los tres meses de verano, solo nos habíamos visto unos cinco días. Y era mi novio.Era cierto que él siempre tenía muchas cosas que hacer, pero también era verdad que cuando no las tenía, yo me inventaba alguna excusa.
Yo no entendía qué me pasaba.
Siempre había sido muy independiente, pero cuando se trataba de Alfred, hacía lo que fuera para estar con él, porque me gustaba mucho y me lo pasaba genial a su lado.
Sin embargo, desde hacía algunos meses no me apetecía nunca verle, incluso me agobiaba pensar en tener que quedar con él.
Era obvio que ya no me gustaba como antes, pero seguía siendo la persona con la que tanto me reía y que siempre me apoyaba, y despedirse de eso, era bastante duro.
Porque claro, yo le quería, aunque ya no quisiera que fuera mi novio.
Yo quería seguir compartiendo momentos con él, pero sabía que no podría ser solo su amiga y pretender que todo siguiera como antes sin hacerle daño.
Por eso era por lo que llevaba todo el verano evitándole, porque tenía miedo.—Oye Amaia, quería preguntarte algo —Murmuró él. —¿Qué te pasa? Es que llevas un tiempo bastante rara. Te noto diferente.
Mierda.
Había llegado el momento, tenía que plantarle cara a mis sentimientos.—La verdad es que sí, Alfred. — Pensé rápido en cómo decirlo, pero no encontraba las palabras adecuadas. —No entiendo por qué, y te prometo que llevo mucho tiempo intentando entenderlo para poder solucionarlo. Pero, simplemente no puedo, es algo que siento y ya.
—Pero, ¿Qué sientes? —Preguntó nervioso.
—Buah, no sé cómo explicarlo, qué horror. Siento hacerte pasar por esto —Balbuceé yo. Realmente no sabía qué decir. — Es que ya no siento lo mismo por ti. Y odio que me pase esto, ojalá pudiera seguir todo igual porque contigo siempre estoy feliz y contenta, pero no puedo engañarme más. Ni a mi misma, ni a ti, porque no te lo mereces.
Se hizo el silencio en la sala, por unos segundos, ninguno de los dos dijo nada, Alfred parecía impactado:
—Joder, no sé qué hacer. Me lo esperaba un poco, pero oírte decirlo es mucho más fuerte —Confesó por fin al tiempo que se levantaba. —Creo que es mejor que me vaya.
—Lo siento mucho —Solté yo mientras le veía marcharse. No creo que me escuchara, pero me sentí, al menos, un poco mejor.
Cuando entré en clase al día siguiente, noté las miradas de todos sobre mí y supe que había corrido la voz de la ruptura.
Me sentí un poco mal, pero realmente tampoco era para tanto.
Muchas parejas rompían en nuestro instituto y pronto dejaríamos de ser noticia.Fui a mi sitio, y ahí estaba Aitana, a la que había puesto al corriente de todo, esperándome.
Me agarró de los hombros para captar mi atención y habló preocupada: —No te vas a creer lo que ha pasado, Amaia. En cuanto ha entrado por la puerta, Alfred ha informado a todos de que lo habéis dejado.
—¿Y qué pasa? Si sabes que es verdad —Respondí yo desinteresada mientras me sentaba.
—No lo entiendes. Ha contado su versión, que por lo que tú me has contado, y sé que no me mentirías, es bastante diferente. Y te deja en un muy mal lugar. Yo he intentado defenderte pero nadie me ha creído, ya conoces los dotes persuasivos de Alfred. —Me explicó mi amiga.
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CON LAS GANAS [AMIRIAM]
Fanfiction12 de septiembre, 9 de la mañana. Quién le iba a decir a Amaia que desde ese momento su vida cambiaría para siempre. Sus ojos encontraron los de alguien nuevo, alguien imposible de alcanzar... o no.