Amaia:—Hey —Saludó Roi antes de acercarse a darme dos besos.
—¡Hola! —Respondí sonriente al separarme de él. — ¿A dónde vamos?
—Hmm —Se quedó pensativo el gallego. —¿Te apetece merendar?
Yo asentí y los dos nos pusimos a andar mientras Roi explicaba que conocía un sitio guay por la zona.🦋🦋🦋
—¿Cómo es que me has llamado? —Preguntó Roi cuando habíamos llegado y estábamos tomando algo.
—Me apetecía verte —Me encogí yo de hombros mientras sonreía.Mentira.
¿Me apetecía verle? Vale, ¿por qué no? el chico me caía bastante bien.
Pero no, no es que me hubiera acordado de él y me hubieran entrado unas ganas enormes de verle.
Me había acordado de él porque ya no sabía cómo ni con quién llamar la atención de Miriam para engancharla y que no se fuera nunca de mi lado.
Roi estaba ahí, era mono, divertido y agradable.
Además, notaba que yo también le gustaba.
¿Por qué no quedar con él?
Estaba muy bien para ser un segundo plato al que estaba utilizando.
Y sí, sé que suena fatal, pero es porque estaba fatal.
Y yo era consciente de ello, no estaba bien lo que hacía, pero aun así, la rabia me consumía y no me dejaba pensar con claridad.
Lo único que veía en mi cabeza era la imagen (creada por mí, porque ni siquiera había visto una mísera foto) de Miriam y aquella rubia misteriosa con la que mi profesora había decidido olvidarse de mí por unas horas e irse a pasarlo bien.
Y así, había acabado ahí plantada con Roi.
Más bien movida por la sed de venganza.Miriam no se iba a enterar de todo esto, no había nada que los uniera, exceptuando, si a caso, su provincia natal.
Así que no, no podía enterarse de lo que próximamente iba a pasar con Roi, no sería yo quien se lo dijera.
Pero aún así, me hacía sentir mejor la venganza, el saber que se la había devuelto y que no era tan inocente como ella creía.—Y así, es como tuve fimosis —Terminó Roi de contar la anécdota.
—¿Y te cortaron el pito? —Pregunté yo sumida en la historia haciendo estallar la risa del gallego y, por ende, la mía. —¿Qué parte?
—Todo —Seguimos riéndonos los dos. —Soy solo huevos.
Risas y más risas. Este tío era graciosísimo.
—Pero, ¿Cómo me van a cortar el pito, Amaia? Por dios...—No, pero una parte —Aclaré yo sin poder aguantar la risa.
—Claro, una parte, joder —Asintió Roi sonriente. —Lo que sobraba.
—Ah, vale, vale.
La verdad, es que me lo estaba pasando extremadamente bien.
Con Roi, una nunca se aburría, y eso sumaba muchos puntos.
Al menos hacía que me olvidara de todo por un rato.—¿Quieres que vayamos a mi casa? —Pregunté después de un poco, cuando ya habíamos pedido la cuenta.
—¿Qué tienes allí para ofrecerme? —Bromeó el gallego sacando la cartera.
—Solo lo sabrás si vienes —Me encogí yo de hombros mientras pagaba mi parte. Roi se había ofrecido a invitarme, pero no me gustaba ese rollo, prefería no sentir como si le debiera algo.
—Pues habrá que ir, ¿no?
—Aha —Asentí yo cuando los dos nos levantábamos y recogíamos nuestras cosas para irnos.
🦋🦋🦋
Estábamos besándonos en mi habitación.
No había nadie en casa y cuando habíamos llegado, Roi se había lanzado a mi boca sin pensárselo dos veces.
Yo había llevado al gallego del salón a mi habitación porque sabía que en cualquier momento podían aparecer mis padres.
Tampoco me había parado a pensar hasta dónde pretendía llegar con esto, simplemente me estaba dejando llevar por lo que me apetecía hacer en el momento, y con Roi estaba tan a gusto.
ESTÁS LEYENDO
CON LAS GANAS [AMIRIAM]
Fanfiction12 de septiembre, 9 de la mañana. Quién le iba a decir a Amaia que desde ese momento su vida cambiaría para siempre. Sus ojos encontraron los de alguien nuevo, alguien imposible de alcanzar... o no.