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Con mis estrellas inficionadas

entre barrocos pensamientos,

y con mis pinceles atestados de agonía

entre sus pétalos y mis enredos,

en mi galería atestaba l'armonía de su verbo;

verbo qe cautivaba mis sentidos

y adormecía al fuego del abatimiento.


Con la esencia de sus caricias,

proclamándose aún vehemente,

elevaba plegarias por el amparo de Morfeo,

anhelando, agónica, el tiempo de la luna

en la primavera de sus besos.


Con un silencio esculpido en mi garganta,

pero con gritos a punto de florecer en mi pecho,

consideré qe, si quizás desvaneciese, mis versos

le acompañarían sin cabida hasta el remordimiento.


Con las venas dañadas y la compasión abandonándolas,

revelándome desgraciada entre las sombras, lamentaba

qe mejor era caer amando qe seguir cediendo;

qe así, tal vez, consiguiese ligarme a su recuerdo

si no había manera en el infierno de sobrevivir queriendo.

· Floreceré y te pareceré poesía ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora