La historia de nuestros corazones

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La historia de nuestros corazones


Cansado y desilusionado de pintar estrellas

y ver que nada resulta, que todo sigue en oscuridad,

desesperanzado de creer y soñar

que el esfuerzo valdrá la pena con el pasar del tiempo,

fatigado de respirar profundo, de ponerme de pie

y seguir pensado que el que quiere puede,

cierro mis ojos y sigo pegándole a la pared,

pero al abrir mis ojos la muralla sigue intacta,

mis manos están desechas y entonces me pregunto

¿es esta la prueba de que debo abandonar mi camino?

¿he sido un tonto todo este tiempo?

una golondrina no hace verano

es lo que me gritaron cuando me vieron partir

y temo descubrir que, si soy esa golondrina,

mis puentes en el aire se desvanecen

y caigo, y mi espíritu inquebrantable se rompe,

si, así estoy y así me siento

y ¿cómo saber que elegí mal?,

¿cómo saber que todo ha sido una vana ilusión?

Estoy exhausto, y lloro una vez más de dolor,

porque duele y quema esta decepción

de no ver una luz en el horizonte lejano,

y tengo unas enormes ganas de gritar

que ya no puedo más... que ya no puedo seguir,

que esto ya se ha llevado mi vida,

y ya no quiero más de lo mismo, y ya no puedo más...

que ya no quiero intentarlo más,

que mi esperanza se cansó de esperar,

y que mi inspiración se ahogó una mañana entre mis lamentos,

todo sabe mal, todo, todo esto me perturba,

y siento que quizá soy yo el problema,

que el mundo no pelea contra mí,

que soy yo el ingenuo que se imaginó y espero mucho de sí mismo,

de ponerme metas que solo un loco podría pensar en alcanzar,

o que no fui lo suficientemente bueno para merecerlo...


Sí, me siento derrotado,

y por dentro lloro de impotencia,

porque todo ha sido arena,

siento que ya no puedo vivir en esta falacia

de mostrar una cara feliz cuando por dentro todo es tristeza

y quiero gritar una y mil veces porque a mí, ¿por qué?...

¿por qué precisamente a mí? ¿cuál fue ese pecado imperdonable?

¿por qué esta condena? y quiero desistir...

pero suspiro y me callo, me trago mis palabras,

porque me niego a convertirme en lo que siempre he odiado,

en lo que siempre he detestado, en volverme ese ser

de vidas pasadas que se conforma con respirar otro día más,

viviendo en una pecera a sabiendas que allá afuera hay un océano,

que la luz del día es incomparable con las de neón.

Yo quería ser un águila, pero quizá sea esa andorina,

Si, una golondrina retando al invierno,

demostrando que los limites y reglas también pueden derrumbarse

y que el verdadero fénix emerge del más crudo invierno

porque de las grandes dificultades nace la libertad,

la libertad de intentarlo una vez más,

y ¿por qué lo hacemos? Por pasión,

porque la pasión es un camino sufrido

es el murmullo del mar que rompe con las rocas,

prefiero esto que atarme a cadenas,

porque después de todo este dolor

esta la historia de nuestros corazones,

y nunca será invierno si se abraza los latidos

del sempiterno corazón que no se da por vencido.

Postdata: Una golondrina no hace verano,

Pero una sola golondrina en inverno basta para olvidarse del verano,

Esto último me lo digo a mi.


By: HectorXp

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