Ella.

De la mano de una chica.

Estaba caminando de la mano junto con la chica mas hermosa que te puedas imaginar, no teníamos un destino en especifico, mientras mas tardábamos en llegar mejor, porque mientras mas seguíamos el camino, mas podíamos pasar tiempo sujetando nuestras manos.

No era de esas veces que sujetabas la mano de la otra persona para hacerla sentir acompañada, sino de esas veces que entrelazabas tu alma con la de la otra persona a través de el tacto físico.

De esas veces que una chica te podía hacer sentir la persona mas segura del mundo, porque como te podías sentir insegura si ibas tomada de la mano con aquella hermosa chica, y no solo tomada de la mano, tomada de los recuerdos, de las historias, de los pasatiempos, de esas pequeñas cosas que te hacen sentir feliz.

Aunque no era la típica chica aceptada por todos, mas bien es la chica de los infinitos misterios, de esas chicas que al conocerlas, quieres llegar a lo profundo de ese abismo que hay en su mirada, y conocer todos esos monstruos que se ocultan en su soledad.

Las personas suelen decir, que solo somos recuerdos, pero ella me enseño que somos momentos, que detrás de cada sonrisa, se ocultan tristes miradas.

No le importaba cuantos muros construyan alrededor de su corazón, siempre encontraba la manera de colarse por uno de ellos.

Y por eso, y por muchas mas razones, esa chica me hacia sentir la chica mas segura del mundo.

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