Ella.

VOS.

Tengo que admitir que fuiste todo para mí. Con mucho dolor después de tanto tiempo, vuelvo a recordarte. Hoy a la mañana me acordé de uno de tus chistes y sonreí, lo triste es que después de reírme, agaché la mirada, puse mi mano en mi mentón, apoyé mi codo sobre la mesa y suspiré. "Ya no está", tuve que decirme a mí misma. El día continuaba, caminé a estudiar mientras la rutina recién comenzaba, me puse los auriculares para escuchar mis canciones favoritas. Pero ésta vez dolían, ésta vez habían cobrado sentido las canciones de despecho, de desamor, de dolor. Me acordé de vos, te encontré en cada estrofa, en el coro, en cada letra. El día estaba acabando así que volvía a casa, mientras caminaba me acordé de cuando recorrías todas esas calles sólo para llegar a mi casa y pasar todo el día conmigo. Que triste, volví a agachar la mirada y caminé a casa. Unas horas después tumbada en la cama, leí textos, escritos y poemas, te juro que había un pedazo de vos en cada verso. Creo que lo mejor es dormirme, el día ha sido demasiado jodido hoy. Estás en todas partes pero a la vez no estás en ninguna de ellas. Hoy te eché de menos, te eché de menos, así, como nunca.

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