capitulo V

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-¡Harry!¡Mierda! ¿Que te sucede?- aquella chica de cabellera color dorado no paraba de gritarle al chico de aspecto poco agraciado que yacía en el suelo aparentemente inmovil- ¡Harry, por favor respóndeme!

El chico de melena color chocolate no respondía, se limitaba a entrebrir los ojos de vez en cuando y su respiración se mantenía agitada. Había pasado ya varias horas sin ningún tipo de tratamiento y aquella situacion no era algo fácil; el chico permanecía tan vulnerable en todo sentido; en aquel momento, parecía sinceramente un enfermo mental en toda la extensión de la palabra.

La chica bajo rápidamente, urgo en los estantes y cajones de la cocina hasta que halló un frasco con una extraña flor, tomo un recipiente y vertió agua en el, lo puso en  fuego y después  porsiguio a machacar la insolita planta hallada en los cajones. Cuando el agua hirvio, agrego el brote y lo mezclo, tomo un trapo y lo remojo en la aleación obtenida, finalmente se dirigió hacia el cuarto del chico que aún se mantenía en la misma postura de hace algunos minutos. Aquella mujer tomo a Harry de la cabeza y posó el trapo mojado en su nariz mientras esté absorbía todo su aroma y se dejaba envolver entre el sueño profundo; la rubia sabía que lo mejor que podía hacer cuando el ojiverde se encontraba en esa situacion, era sedarlo con belladona.

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Su cara y su cuerpo estaba sudados, su cabello se pegaba en su cara y de vez en cuando le dificultaba la vista, lo único que los cubria era una manta algo sucia y vieja que tenía el establecimiento, mientras sus quejidos se escuchaban hasta el lobi de la instalación.
Hacia bastante tiempo que se había aburrido de llevar esa clase de vida, llena de golpes, insultos, violaciones y drogas, pero con un autoestima tan bajo como el que aquel pequeño hombre tenía, no era fácil poder aceptar que tampoco se merecía una estancia así.
El hombre con el que estaba termino eyaculando sobre el, era el tercer cliente del día y esperaba que tuviera una paga favorable puesto que no se había ensuciado y denigrado tanto como para recibir solo una miseria como recompensa.

-¡Me das asco!- especuló el hombre mientras se levantaba de la cama y se vestía- ¡Espero que para la próxima puedas acatar las órdenes tal cual te las digo!- aquel hombre termino de vestirse y dejo quinientos dólares sobre la mesita de noche con la que milagrosamente contaba el motel.

-¡Idiota!-murmuro- ¡Algún día podré vengarme de todas y cada una de las personas tan malditas que me hicieron terminar así!

El chico estaba bastante enfadado y no era para menos, era bastante tedioso tener que soportar a hombres viejos, asquerosos y a algunos jóvenes pero enfermos de zoofilia. Odiaba tener que lidiar con su vida de ese modo pero ¿Que podía esperar un prostituto de la calle? ¿Que podía aspirar a ser un hombre que se vendrá cambio de drogas o dinero que siempre llevaba el mismo destino, DROGAS? ¿En qué momento determinó un alucinógeno como el dueño de su felicidad?
Louis siempre había conservado la creencia de que la felicidad se encuentra en aquello tan placentero para el y en aquellos momentos para el lo más placentero era estar lo más dopado que le fuese posible.

•••

El rizado comenzaba a despertar. Alguien le acariciaba el pelo de una forma tan peculiar, comenzó a entreabir los ojos y ahí estaba ella, era su madre ¿Su madre?
-Mamá- comento el chico de la forma más natural posible, un poco adormilado.
-¿Mama?- la mujer sentada a su lado hizo una media sonrisa mientras observaba a aquel hombre recostado con apariencia de niño pequeño.
Harry abrió los ojos de golpe al escuchar aquella voz, esa voz tan chillona que juraría haber intentado borrar de su cabeza; ahí estaba ella, la chica que le había hecho mierda los sentimientos en cuestión de segundos.

Strawberries And CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora