—¿Desde hace cuanto tiempo trabajas para mí?- el señor Druzo Medina Tavariz, estaba sentado en su gran escritorio y tenía en sus manos una ensalada de frutas y un vaso de jugo.—Ahmmm.... Dos años, tres meses y diez días señor- Edgar se encogió de hombros —¿Pero quién lleva la cuenta?... Yo no.
El hombre arrojó el plato que tenía en sus manos con comida al suelo, incluso algunas de las hojas que tenía allí también cayeron —¡¿Y entonces porqué me traes ensalada de frutas esta mañana si sabías que no la quería?!
El chico dio un pequeño brinco del susto.
—Te mandé un correo muy claro donde te dije que quería una reservación en mi restaurante favorito para almorzar, ¿la hiciste?
Edgar tragó saliva —No...
—¡Eres un inútil!
El chico aclaró su garganta para agarrar valor —Señor, no me envió ningún correo electrónico.
El señor Druzo movió sus dedos sobre las teclas de su equipo de cómputo y luego dio vuelta al monitor —Aquí está el correo que te mandé.
A paso dudoso Edgar se acercó hacia la pantalla y luego miró a su jefe —Señor, ese correo lo envió a la una de la mañana de hoy.
Druzo enarcó una ceja
—Precisamente, te asigno temprano tus actividades y aún así no haces nada bien.—Pero señor...
—¡Cállate Edward!
—Mi nombre es Edgar señor- el chico se acomodó sus lentes.
—Como sea- el hombre se puso de pie admirando la hermosa vista que tenía la enorme ventana de su oficina —Deja ya de perder el tiempo.
Druzo sacó un cigarro de su chaqueta y lo colocó en sus labios, después miró a Edgar y le hizo un gesto de desagrado e impaciencia —¿Te apuras?
—¡Ohh!- Edgar reaccionó a qué se refería su jefe y tomando el encendedor del escritorio de su jefe, corrió hacia él para prender fuego a su cigarro, incluso se golpeó la rodilla al correr.
El señor Druzo dio una calada a su cigarro y continuó hablando
—Tengo pendiente hablar con los inversionistas extranjeros, mueve esa junta para mañana a las ocho en punto, mi cita con el dentista cancélala, a mi abogado localizalo y recuérdale que le pago lo suficiente como para que no sea un inepto, dile que lo demandaré a él si mi ex mujer se queda con la residencia que tengo en las lomas y...El hombre se cruzó de brazos
—¿Se puede saber qué haces ahí como estatua torpe?El joven parpadeó —¿Qué?
—¡Anota lo que te estoy diciendo!- Druzo dio otra calada a su cigarro y con molestia regreso a su asiento y en el cenicero lo apagó para poder continuar con sus actividades.
ESTÁS LEYENDO
Consígueme un novio
Short StoryEdgar se ha esforzado mucho en su trabajo como asistente de un hombre millonario y prepotente. Las cosas se complican para él, cuando éste le solicita que le encuentre un novio. ¿Podrá Edy conseguir novio a su amargado jefe? ¿O terminará él fungiend...