El teléfono de Edy lo despertó de golpe, tanto a él como a su amiga Karen que estaba durmiendo a su lado. Él puso el altavoz y la chica escuchó lo que Druzo decía.
La voz de ese hombre era mandona y prepotente, había dicho a Edy que quería a la persona que iba a fungir como su novio hoy mismo o que se considerara despedido.
Cuando Edy recordó a su jefe que le había dado varios días para la difícil tarea, Druzo le respondió que había cambiado de opinión y que lo quería para hoy.
La cita era en un restaurante lujoso, el favorito de Druzo. Los esperaba a las cuatro en punto de la tarde y que si no llegaban, entonces que ya mejor no se presentara a trabajar después.
Corriendo como locos, Edy y Karen fueron a la habitación de Milo pero él ya no estaba ahí. El lugar estaba vacío.
La chica le habló por teléfono a su primo y este le respondió de inmediato. Karen le explicó la situación y Milo confirmó su asistencia. Dijo que Edy podía estar tranquilo, allí estaría a las cuatro de la tarde sin falta.
No había más que hacer más que confiar en Milo.
Muy nervioso, Edy se fue a su departamento y estuvo todo el día con los nervios de punta. Los minutos pasaron lento y las horas fueron eternas.
Eran las cuatro en punto cuando Edy estaba sentado frente a Druzo en una de las mesas más exclusivas de aquel restaurante.
El chico aflojó su corbata un poco, se sentía asfixiado las manos le sudaban; ni siquiera había probado la copa de vino en su mano.
—Bien Emiliano, te pedí un novio real, no al hombre invisible. ¿Acaso no puedes hacer nunca nada bien?- Druzo puso la copa en sus labios y dio un sorbo.
—Él vendrá- respondió con falsa confianza y se removió en su asiento.
Un momento después escuchó la voz de Milo a su espalda, fue como escuchar el coro de ángeles del cielo y sentir la salvación y un alivio inmediato. Hasta sus pulmones se relajaron. Se puso de pie y se asombró de ver una sonrisa de aprobación en su jefe, el cual también se puso de pie.
El recién llegado, caminó hasta Druzo y extendió su mano en saludo —Mucho gusto, yo soy Milo Ventura Arriaga.
Edy abrió la boca en sorpresa, sus ojos cafés estaban abiertos y su expresión era de completo y total asombro. Milo estaba vestido en un traje de etiqueta color gris, de corbata, no traía ninguno de sus piercings y había cortado su cabello, ahora lo traía muy corto, se veía incluso más joven, de unos veintitantos como él.
Sin su larga cabellera se veían aún más bellos sus enormes ojos. Era muy hermoso y pronto sintió calor, al recordar los besos que se habían dado la noche anterior.
—No puedo creer que finalmente hiciste algo bien Esgar- Druzo comía a Milo con su mirada lujuriosa.
Edy tragó saliva —Gracias.
Druzo extendió su mano sobre la mesa y entrelazó sus dedos con los de Milo.
Edy sintió que su respiración de pronto se hacía pesada e incómoda. Druzo estaba feliz, pero al mirar a Milo, sintió una punzada de tristeza en su pecho. No era el mismo Milo del día anterior, el que tenía enfrente estaba muy serio, sin brillo en sus ojos, sin hablar ni bromear.
—Me gustas, eres muy atractivo- Druzo no iba a perder el tiempo, tiró de la mano de Milo para besarlo.
Esos recuerdos golpearon a Edy en lo más profundo, recordando la forma brusca y salvaje con la que lo había besado a él. Milo tenía aspecto rudo, pero en realidad era muy dulce, no se merecía estar en las garras de un lobo como su jefe. Se notaba que no quería hacer esto y solo estaba ahí por culpa suya.
No lo soportó y se puso de pie de un brinco, cuando el hombre estaba a punto de besar a Milo
—¡Alto!Varias miradas más, se centraron en Edy; señaló a su jefe —Yo lo despido.
Eso hizo sonreír a Milo.
—¿Que tú qué?
—¡Que te despido!, tú arrogante cretino millonario, tú aléjate de mi Milo- Edy caminó hasta el chico y lo hizo ponerse en pie
—No voy a trabajar más para tí. Te despido como mi jefe.—Eres un...
—¡Hey!, cuidado en cómo le hablas, no me obligues a cerrarte la boca con un golpe- Milo se puso frente a Edy protegiéndolo con su cuerpo.
—No saben la oportunidad tan grande que estan desperdiciando- ya de pie, Druzo acomodó su fino traje sobre su ropa, sacudiéndose polvo inexistente. Dirigió su mirada hacia Milo —Ese enclenque no tiene nada que ofrecerte, es torpe, despistado, es un niñato que no sabe absolutamente nada de la vida, en cambio yo soy un hombre maduro, de un estatus social alto, como mi pareja te daré grandes comodidades, conmigo no te hará falta nada.
—No estoy en venta señor Druzo y créame que usted tiene dinero, pero como persona no vale nada. Edy vale muchísimo más que usted- Milo tomó la mano de Edy y comenzó a caminar a la salida de aquel fino lugar.
Pero en un segundo de locura, Edy soltó la mano de Milo y corrió de nuevo hasta donde estaba su ex jefe y tomó la copa de vino que no se había tomado y lanzó el líquido en la cara de Druzo —¡Y no soy un niñato ni un enclenque!
En silencio, los chicos salieron de allí casi corriendo, solo para llegar afuera y soltar una gran carcajada.
Corrieron tomados de la mano a un parque que estaba cercano, a una cuadra de distancia, allí Milo abrazó a Edy —Pensé que nunca reaccionarías.
—Lo siento, a veces soy de lento procesamiento- Edy se puso de puntitas y enredó sus manos en el cuello de Milo.
Se besaron con emoción y una gran sonrisa —Finalmente sí lo conseguiste- dijo Milo mientras lo besaba nuevamente con lentitud y sensualidad.
—¿Conseguir qué?- la voz de Edy era un suspiro exquisito.
—Un novio.
Edy abrazó a Milo y se acurrucó entre sus brazos —Entonces no me separaré de ti.
Fin
💕Besitos: Di💕
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Consígueme un novio
Короткий рассказEdgar se ha esforzado mucho en su trabajo como asistente de un hombre millonario y prepotente. Las cosas se complican para él, cuando éste le solicita que le encuentre un novio. ¿Podrá Edy conseguir novio a su amargado jefe? ¿O terminará él fungiend...