Siete Días | WooGyu

Último día.

Woo Hyun volvió a sonreír y sus mejillas enrojecieron. Le era un tanto increíble que el pelirrojo sintiera lo mismo por él; sólo necesitaba tranquilizarse y dejar que sus sentimientos le guiaran porque ya estaba muy seguro de lo que quería, y él quería estar con Sung Kyu

—Yo también te enseñaré cuanto me gustas, Kim Sung Kyu.

Woo Hyun no se resistió más y atrapó de nuevo los labios del otro joven. Sus lenguas danzaron juntas con algo de torpeza y sus manos se pasearon por sus cuerpos. Woo Hyun era nuevo en ese terreno y deseó no decepcionarlo. Presionó a Kim contra la puerta y deslizó una pierna entre las suyas mientras su lengua se entretenía en su cuello. Pensó que, si ponía en práctica un poco de lo que había visto en las películas porno, Sung Kyu estaría satisfecho.

Y sonrió para sí mismo cuando Kim gimió con suavidad y empezó a sentir como crecía el bulto bajo sus pantalones, cortándole la respiración. Nam tomó el borde de la playera del muchacho y la pasó sobre su cabeza hasta dejarla en el suelo. Sung Kyu desabotonó la camisa de Woo Hyun y deslizó sus manos por debajo para arañarle la espalda mientras sentía como el chico succionaba con algo de desesperación su blanca piel, haciéndolo jadear.

Woo Hyun le desabrochó los pantalones y, mientras recorría el pecho de Sung Kyu con la lengua, pasando por sus endurecidos pezones, bajó la prenda junto con su ropa interior y terminó de quitársela. Nam lo volvió a besar con algo de salvajismo y el pelirrojo aprovechó para abrirle el pantalón y bajarlo hasta sus caderas.

El pelirrojo suspiró sobre el beso húmedo que mantenían y de pronto se dejó caer de rodillas frente a Nam. Woo Hyun tragó el nudo en su garganta y apoyó sus manos en la puerta. Sung Kyu metió la mano bajo su bóxer para tomar su miembro erecto y hacerlo desaparecer en su boca.

Y Woo Hyun apretó los ojos, mordiéndose los labios al sentir la tibia lengua de Sung Kyu enredarse en su palpitante polla. Chupándola y moviéndola de adentro hacia afuera hasta que Nam no aguantó más. No pudo evitar llenar la boca de Kim con su caliente semen mientras le sujetaba de los cabellos rojos. Woo Hyun jadeó sin pena y Sung Kyu se tragó toda su espesa semilla.

—Lo siento —dijo Nam, avergonzado, antes de que Sung Kyu se pusiera de pie—. Yo no quería terminar tan pronto y ahora...

—Tranquilo, sólo es la primera ronda. —Las mejillas de Nam enrojecieron aún más y Kim le tomó de la mano para llevarlo a la cama—. Tenemos el resto del día para estar juntos —dijo Kim, sentándose sobre las caderas del otro y frotando su miembro contra el de Woo Hyun.

Y el pene de Nam no tardó mucho en despertar de nuevo; sus ansias crecieron y sujetó al pelirrojo para darle la vuelta y dejarlo bajo su cuerpo. Miró a Sung Kyu a los ojos y notó que estaban nublados por el deseo. Kim se sujetó de su cuello y abrió sus piernas de lado a lado, invitándolo a que por fin explorara su interior. Sung Kyu se estremeció cuando Woo Hyun lo llenó por completo. La presión y el calor se aglomeraron en su abdomen, y de pronto se derramó, apretando con sus muslos el cuerpo de Nam mientras su orgasmo lo sacudía de pies a cabeza.

Woo Hyun sintió su corazón latirle en los oídos y sus piernas perdieron algo de fuerza; su respiración parecía más alterada que la de Sung Kyu. Después de todo, aquello había sido su primera vez, y por un momento se sintió avergonzado, pero había podido notar el absoluto placer en el rostro del pelirrojo, y eso lo tranquilizó un poco.

Woo Hyun se separó de Sung Kyu y le pasó algunos pañuelos para que se aseara, Kim le sonrió y le dio un casto beso.

—Entonces, ¿ahora somos novios? —preguntó Woo Hyun con algo de duda.

—No lo sé. Dímelo tú.

Woo Hyun bajó de la cama y Sung Kyu lo miró, desconcertado. Luego Nam se puso de rodillas y apoyó la barbilla en la orilla del colchón. Kim pensó que se veía realmente tierno.

—Kim Sung Kyu, ¿quieres ser mi novio?

Las mejillas del pelirrojo enrojecieron.

—Creí que ya había quedado claro que sí. Eres tan cursi. —Woo Hyun hizo un puchero—. Y me encanta.

Sung Kyu sonrió y tomó a Woo Hyun de los hombros para subirlo de nuevo a la cama. Nam lo envolvió entre sus brazos y, después de besarlo con ternura, los dos se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente, Woo Hyun despertó y Sung Kyu continuaba durmiendo en sus brazos, ambos estaban desnudos y Nam se sintió un poco avergonzado, pues su pene estaba erecto; aunque pensó que eso era muy normal para un hombre joven como él. Quiso separarse un poco de su novio y su movimiento lo despertó.

—Buenos días —dijo Sung Kyu con una linda sonrisa.

—Buenos días.

—¿Qué haremos hoy?

—Lo que tú quieras.

Sung Kyu lo pensó por un momento. Nam enarcó una ceja y su novio se montó sobre sus caderas.

Y mientras sus muestras de afecto continuaban, Woo Hyun sonrió para sí mismo al pensar en lo extraño que había sido enamorarse de alguien tan singular como Sung Kyu, en menos de siete días.

FIN.

Junio, 2015.