Día 1.

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Ese lunes era su primer día como esclavo de Kim Sung Kyu, y Woo Hyun pensó que, el pago por lo que obtendría de él, en realidad, no era la gran cosa. Tampoco parecía que, tener sexo con un desconocido, le afectara de alguna manera al pelirrojo, pues su semblante relajado y por demás despreocupado le sorprendieron cuando llegó a su cuarto.

—Aquí están tus deberes. Fueron más fáciles de hacer de lo que pensé —comentó Woo Hyun, dándole a Sung Kyu los libros bajo el marco de la puerta.

—Ya lo sé, es sólo que me aburre hacer tarea. —Woo Hyun rodó los ojos y cuando se giró sobre sus talones para regresar a su edificio, el otro muchacho lo sujetó de un brazo—. ¿Acaso he dicho que te puedes ir?

Woo Hyun parpadeó y lo miró con desconcierto. Sung Kyu negó con la cabeza suavemente y lo jaló hacia adentro de su dormitorio.

—¿Sabes?, no he tenido mucho tiempo para limpiar mi cuarto, así que, tú lo harás por mí. —Y Woo Hyun sonrió con burla, enarcando una ceja—. Pero primero, ordena algo de comer. El maestro de química me pidió que lo ayudara en el laboratorio y no me dio tiempo de tomar mi almuerzo.

—De acuerdo —aceptó Nam con desenfado, dándole la espalda para sacar su teléfono. El pelirrojo sonrió de lado y se sentó en el sofá para ver la televisión.

Media hora después, la comida que ordenó Woo Hyun llegó y éste la pagó sin objeción. Se acercó al sofá y puso la bolsa en la mesita de centro, Sung Kyu la observó y se acomodó en el mueble. La tomó con gusto y empezó a devorarla. Woo Hyun lo miró, curioso y, después de sonreírle, continuó con la limpieza.

—Este chico es un desastre —susurró Nam para sí mismo a la vez terminaba de recoger la ropa sucia del piso.

—¡Ah, sí! También quiero que lleves todo eso a la lavandería —dijo Sung Kyu de pronto, haciendo que Woo Hyun se sobresaltara.

Se dio la vuelta de inmediato y observó que Sung Kyu se acababa de quitar la playera y los pantalones, poniéndolas en el cesto que Woo Hyun traía en las manos. El pelirrojo caminó hasta su armario y el otro no pudo evitar quitarle los ojos de encima. Sung Kyu notó su mirada y se acercó a Nam con lentitud, aproximando demasiado sus labios al oído del muchacho.

Woo Hyun sintió un leve escalofrío recorrerle la espalda.

—Vas a tener que esperar para verlo todo —murmuró Sung Kyu antes de sonreír con picardía y Woo Hyun no pudo evitar sonrojarse cuando sintió el aliento de Kim sobre su cuello. Tragó saliva, y Sung Kyu lo tomó de los hombros para darle la vuelta y terminar de vestirse.

Kim volvió al sofá y mientras Nam terminaba de aspirar el cuarto, escuchó como el pelirrojo sostenía una conversación por teléfono.

—¿Esta noche? Está bien, Dong Woo. Mañana no tengo clases las primeras dos horas, así que no importa si me quedo dormido... Sí, no te preocupes, me gustó mucho la que me diste la semana pasada... De acuerdo, te veo en diez minutos.

Sung Kyu cortó la llamada y Woo Hyun simuló no haberlo escuchado.

—¿Ya casi terminas? —preguntó de pronto y Woo Hyun asintió, dándose la vuelta para observarlo.

—Sí. Sólo me falta recoger lo que dejaste en la mesa.

—Está bien, cuando termines ya te puedes ir y, te espero mañana en la tarde. Necesito que me ayudes a hacer un ensayo de Ciencias.

Sung Kyu se dirigió hasta la mesita de noche al lado de su cama, abrió el cajón y empezó a hurgar entre las cosas. Woo Hyun lo miró, enarcando una ceja, después Nam se acercó a la mesa frente al pequeño sillón para limpiarla. Minutos después ya había terminado, así que tomó un par de bolsas de plástico y, acercándose a la puerta, se despidió del pelirrojo.

—Ya me voy, te veo mañana —dijo Woo Hyun abriendo la entrada y topándose de frente con otro muchacho. Un chico bien parecido de bonita sonrisa y cabello largo, quien le mostró su blanca dentadura con simpatía y le preguntó por Sung Kyu.

—Está adentro —respondió Woo Hyun antes de salir del cuarto.

—Gracias.

Dong Woo le sonrió de nueva cuenta y se adentró en la habitación de Sung Kyu, cerrando a su espalda. Woo Hyun frunció el ceño, pero de inmediato pensó en lo que seguramente harían los chicos ahí adentro, y trató de no darle importancia, así que sujetó mejor las bolsas en sus manos y bajó las escaleras para regresar a su edificio. Después de todo, él tendría su día para estar con Sung Kyu, aunque tampoco le era por completo indiferente que Kim se viera con más chicos a parte de él.

Siete Días | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora