Presente

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Iba caminando con sus tacones altos por la gran avenida, sonriendo, despampanante y radiante… Cómo hace tanto no se sentía, al fin había  podido comenzar de nuevo y dejar atrás todos sus errores, sin ataduras, sin personas que la retuvieran.

Al dar la vuelta en la esquina de la calle chocó con una persona. Unos ojos negros y fríos se posaron sobre ella, ninguno decía nada. Juraría que había dejado de respirar --Saku. ..ra-- murmuró el hombre con incredulidad. Ella negó con la cabeza --Me confundes con alguien más-- y siguió su camino, con las piernas temblando y un gran dolor en su pecho. Parecía que su pasado había vuelto a por ella rápidamente, para atormentarla, nunca pensó que su tranquilidad duraría tan poco… siete años de haberse librado de él parecían tan insignificantes. Las entrañas se le revolvieron, el corazón se le aceleró. Inútil... pensó.

Sakura camino más rápido, necesitaba verlo. Llegó a un gran edificio, las piernas le temblaban a cada paso. --Hanako-san-- la recepcionista le hablo --¿Viene a ver al jefe?-- dijo con una sonrisa pícara, desde luego sabía la respuesta pero adoraba ver a la esposa del jefe sonrojarse por esa clase de insinuaciones. Esta vez no paso, la vió pálida y temblorosa. --¿Esta usted bien?-- la cuestionó preocupada.

La pelirosa sonrió tratando de calmar las ancias y el temblor --Si…-- se limitó a contestar.

--Pase usted-- dijo tendiéndole un gafete de visita, ella no estaba bien estaba segura de ello, entre más rápido llegará con el jefe, mejor estaría.

Ella lo tomó y se metió rápidamente al elevador. Abrió la oficina sin tocar, se quedó en el marco de la puerta, lo observó ahí sentado, concentrado mientras leía unos papeles, sintió un gran alivio con solo verlo.

Después  de todo lo que le había pasado él siempre estuvo con ella, dispuesto a olvidar su pasado. Estaba perdidamente enamorada de ese hombre al que le confiaría su vida sin dudarlo un segundo. --Gaara-- llamó su atención, al verlo a los ojos no pudo evitar sonreír, olvidando... por un momento lo que le pasaba.

Esa voz inconfundible... Sakura, su Sakura, era su otra mitad, tenerla con  él era un bono que no esperaba obtener con su venganza pero que disfrutaba cada noche en su cama, cada mañana en el desayuno, cada tarde cuando le llevaba la comida a su oficina, la tenía en cuerpo y alma y no estaba dispuesto a dejarla. La protegería a toda costa.

Ella se metió a la oficina, cerro la puerta y camino rápidamente, lo miró con los ojos cristalinos y se sentó en su regazo, él la abrazo con fuerza. Odiaba verla rota. Ella estaba preocupada y posiblemente asustada.

Empezó a hacer círculos en su espalda para calmarla y esperar que hablará, luego de un rato finalmente cedió. --Me tope con Sasuke cuando venía hacia acá-- pequeñas lágrimas descienderon por sus mejillas. Él tampoco esperaba saber de él tan pronto. --No quiero recordar a Sakura Uchiha, no quiero volver a ser ella.-- lo abrazó con fuerza, ahogando su llanto en el pecho de Gaara.

El pelirrojo espero a que el llanto cesará mientras la tenía en sus brazos con fuerza, cuando terminó de desahogarse la tomó del mentón y limpio sus lágrimas con el pañuelo que tenía en su traje, le dio un beso en la frente. Él nunca dejaría que aquello pasará.

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