Narra Alissa
Había llegado a mi casa después de la últimas compras lo cual redujo apenas un poco el enojo que traía acumulado por ese tal Maximo y su tonta "propuesta de matrimonio" pero por más apuros económicos que tuviera, mi ego no soportaba que me compraran como una pu** barata sólo para complacer caprichos.
Cuando llegué a la casa, vi a mi abuela dormida, dejé las compras sobre la mesa pero pude ver que había una carta dirigida a mí, no tenía datos de dirección o remitente lo cual significaba que alguien lahbai dejado justo aquí.
Querida Alissa
Tal vez en este momento no aceptes mi propuesta pero te daré algo de tiempo para pensarlo mejor, mi número y una dirección donde puedes encontrarme estarán en el sobre.
Atentamente, tu futuro esposo.
La sangre me hervía, el coraje estaba en su nivel máximo, nunca había sentido tanto odio hacia alguien pero él tenía el don de sacarme de juicio en segundos, traté de respirar para tranquilizarme y tiré la carta en el bote de basura.
Subí las escaleras rápidamente y terminé dormida en mi cama como todos los días.
(...)
Desperté, lista para ir a la universidad y después al trabajo en biblioteca, tomé una ducha rápida y una manzana para ir comiendo en el camino.
(...)
Las clases pasaron normales hasta que me habían mandado a dirección donde me informaron que ya no podía tener mi beca, mis calificaciones no habian bajado, traté de tener alguna explicación sobre ello pero solo pudieron darme una larga charla sobre los recortes económicos y unas amables disculpas por parte del director.
No podía mantener los gastos de la universidad sin esa beca, ni de chiste podía pagar la siguiente matrícula, así que no pude hacer otra cosa más que tramitar mi baja temporal de la universidad.Cuando llegué a la biblioteca desanimado por todo mi día empeoró, me informaron que ya no podían sostener los gastos de una empleada más y decidieron correrme, mis ojos no paraban de gotear, no sabía que iba a hacer para pagar las medicinas de mi abuela, traté todo el camino de contener y limpiar mis lágrimas para que mi abuela no se preocupara al verme así pero cuando entré por la puerta pude ver la carta de Alonso sobre la mesa y la realidad me golpeó en un segundo, ese maldito bastardo había hecho todo eso para no dejarme otra salida más que ir a humillarme ante él, pero se podía meter su contrato por donde le cupiera, por que así tuviera que vivir de aire no iba a pedir su maldita ayuda.
- Mi niña que te pasa? te noto tensa- dijo mi abuela cuando me vio parada en medio de la cocina.
- Nada, voy a mi cuarto para hacer tarea- dije subiendo las escaleras rápidamente, cerré la puerta y me puse a llorar en silencio dejando pequeñas lagrimas hundirse en mi almohada, cuando recobré la cordura, saqué una cajita de madera que estaba debajo de mi cama y busqué la cadenita que mi mamá me había regalado antes de su muerte ese era mi último recuerdo de ella y ahora tendría que venderla y conseguir un poco de dinero, la tomé entre mis manos y salí de la casa.
- Buenas tardes señorita en que la puedo ayudar? - preguntó un señor de mayor edad tras un cristal del local.
- Hola, quiero vender esto- le di la pequeña cadena esperando que valiera la pena
- Es de oro puro, te puedo dar $20.000 te parece?- preguntó viéndola detalladamente
- Bien- La verdad ni siquiera sabía que valía tanto nunca me había preguntado por su valor monetario siempre la conservé por que era un recuerdo muy especial de mi madre.
El señor me dio el dinero y salí del local con el corazón partido... ya no tenía ningún recuerdo de mi madre ahora.
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Lo que yo te di (TERMINADA)
RomanceEl odio fue mi fiel compañero cuando lo conocí, Alonso Maximo, el hombre más despreciable en este mundo y por culpa del destino... mi marido. Prohibidas las adaptaciones