Capítulo 6

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Llego a mi cuarto, tomo un cambio de ropa y me dirijo a darme una ducha para quitarme la tierra de encima.

Me pongo un pantalón de mezclilla amplio de las piernas y una blusa holgada, trato de estar lo mas cómoda posible para ir al trabajo, no trabajo en las fabricas porque soy menor de edad, pero en el gran distribuidor no les importa tanto.

Al pasar por el pasillo me detengo en el espejo y me hago una coleta, al estar limpio mi cabello es suave y tiene un brillo muy bonito, bajo por la escalera diriguiendome  a la cocina.

-Antes de irte, comete la sopa que te serví- me dice mi mamá mientras me mira.

-Si Eva, gracias- respondo mientras me siento.

Siempre he dado gracias a Dios por tener alimento, tal vez todos los dias como sopa, pero  al menos tengo que comer.

-Ya me voy Eva- grito para que me escuche mi mamá, ya que se fue mientras yo comía.

No recibo respuesta, pero se que me escucho, tomo mi mochila y me salgo de casa.

El cielo esta en tonalidades naranjas con un poco de amarillo, ya es tarde, me dirijo al distribuidor, y para ello paso a un lado de la escuela ya que queda al contrario de mi casa.

El gran distribuidor  se encuentra atrás de la fabrica de producción de alimentos para evitar que se dañen, el distribuidor es como la cochera, se ubican varios almacenes con puertas para que puedan entrar los camiones, y mi trabajo es pasar las cajas llenas de latas, medicamentos y botellas de bebidas del almacén a los camiones, es pesado ya que no les importa si eres mujer u hombre, al ser un trabajo "libre" esta ahí quien quiere, o necesita estar, así que nos aguantamos, por obvias razones esta prohibido tomar cosas para uso personal, pero si tomas solo uno que otro, raramente se darán cuenta, lo se por experiencia.

Después de caminar un buen rato pasando la escuela llego a la fabrica de alimentos, la cual junto con el gran distribuidor abarcan toda una manzana,  ignoro las grandes puertas de la fabrica y me dirijo al distribuidor.

-¡Mira a quien tenemos aqui!- esa voz... me quede paralizada.

No quiero voltear, no quiero voltear, no quiero voltear.

-¡Ámbar querida!- grita de nuevo Malia, mientras escucho como se acerca

Se posiciona enfrente mio y me observa con una sonrisa sarcastica, recargando una mano en su cintura.

-Hola Malia- digo en un susurro, podría jurar que empiezo a temblar.

-Vaya vaya no sabia que me extrañabas tanto, como para venir a donde trabajo- rayos, rayos, rayos, ¿peor suerte?, no creo

-Yo no sabia que trabajas aquí- respondo mirando el suelo.

Se acerca lentamente, mientras su sonrisa se hace mas grande.

-Entonces fue suerte, acabo de salir de trabajar y ando muy aburrida- dice mientras me rodea y da un jalón a mi coleta, haciendo voltear mi cabeza en una posición dolorosa, ¡golpeala!, no te dejes demuestrale de lo que eres capaz.

-Sueltame porfavor Malia, me duele- pido mientras lagrimas empiezan a salir, agarrando mi cabello tratando de minimizar el dolor, pero ella  jala cada vez mas fuerte haciendo que me vaya para atrás.

-No lo creo querida- sonrie.

-¡Evans que estas haciendo!- grita una voz masculina.

Al instante Malia me suelta y me enderezo tomando mi cabello y limpiando las lagrimas que salieron.

Volteo a ver a Malia, quien tiene cara de asustada y preocupada.

-Ohh Aaron... no es lo que piensas... fue en defensa propia... ella me quizo golpear... no creas que yo...- Jamas habia visto a Malia asi, con voz debil de "inocente" y TARTAMUDEANDO.

-Para Evans- dijo la voz.

Al ver a Malia asi, se me habia olvidado observar al desconocido, volteo a la puerta de la fabrica y WOW...

Un joven alto de cabello cobrizo oscuro, con un muy buen físico observa a Malia con gesto serio, cruzando las manos sobre su pecho, la sombra que le da la fabrica lo hace ver mas imponente.

Volteo a ver de nuevo a Malia, la cual sigue viendo al desconocido de forma inocente, como si no quebrara ningún plato, aja.

-Lindo sabes que yo no hago eso- dice mientras se acerca de un modo extraño al joven, ¿le esta coqueteando?, obvio hace lo que tu nunca podrías, cobarde.

Creo que es el momento de irse...
Poco a poco empiezo a caminar de espaldas al distribuidor, cuando logro estar a una suficiente distancia de ellos, me volteo y corro a mi trabajo.

El ultimo vistazo de ellos fue al joven en su posición principal y a Malia haciendo poses raras como queriendo convencer de algo inexistente.

Llego a la puerta 1 del distribuidor y acomodo mi coleta, al menos no quede llena de tierra, mi lugar es la puerta 12, me dirijo al checador y pongo mi dedo para registrar mi llegada, que bueno que hoy decidí venir mas temprano o si no llego tarde.

Mi horario empieza a las 5 de la tarde y termina a las 11 de la noche, sonara raro pero es cuando hay mas trabajo, normalmente los camiones salen a estas horas.

Entro a mi "cochera numero 12"- rio tras ese pensamiento-

-¡Pequeña Rose de que te ries!- solo hay una persona que me dice asi...

-¡Sam!- Corro hacia el y deposito un pequeño golpe en su hombro.

-No me cambiaron de puerta, ¿que tal?- dice sonriendo, ese chico ha sido como un hermano mayor con solo un año mas que yo.

-Eso es perfecto- sonrio, era de los pocos que se ganaban ese gesto de mi.

-A trabajar pequeña Rose- dice con gesto serio, pero guiñandome un ojo al irse.

Todo susto y mal rato de lo que paso con Malia, se empezó a esfumar

...

Ya eran las 10 de la noche, el cielo totalmente anaranjado oscuro con destellos rojos, era hermoso, como si hubiera fuego en el cielo, como si la guerra siguiera ahi, esperando a llegar... era dificil pero podias lograr ver la belleza en algo asi.

Me encontraba en la afueras de la cochera 12, pasando cajas a los trabajadores que estaban dentro de los camiones recibiendolas.

-Disculpa, ¿tu eres la chica que estaba con Evans?- oh oh

Volteo lentamente hacia atras y lo veo, si que es alto.

-Amm amm ¿Malia?- de seguro es amigo suyo y se viene a vengar, le creyó sus pretextos.

-Si, Malia Evans- respondio sin dejar de observarme.

Su gesto no se ve muy claro por la falta de luz, pero logro ver sus ojos brillosos.

-Si- empece a buscar con la mirada a Sam, solo el me puede ayudar.

-¿Te encuentras bien?-pregunta, su voz se oye mas suave.

Porque el joven desconocido me pregunta si estoy bien, que le pasa, ah de estar loco.

Primera vez que alguien se fija en ti y piensas estupideces, le ¡preocupaste tonta!, espera... ¿le preocupaste?...


Hola amigos!!!, wowowow que esta pasando aqui...
Gracias por leer <3

Montse MC :3

PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora