Cajas de cristal negro y madera dorada

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El tiempo había dejado de existir por completo cuando mis pies tocaron nuevamente un suelo horizontal, y llegué a un recinto algo más alto que los dos templos anteriores que, ahora, estaban a una distancia incalculable, por encima de mí. No podía ponerme de pie, pero podía enderezarme arrodillado; y en la oscuridad, me arrastré y gateé de un lado para otro al azar. No tardé en darme cuenta de que me encontraba en un estrecho pasadizo en cuyas paredes se alineaban numerosos cajas de cristal negro. El descubrir en semejante lugar  abismal objetos de cristal me produjo un estremecimiento. Al parecer, las cajas estaban ordenados a lo largo del pasadizo a intervalos , y eran espantosamente parecidos a ataúdes por su forma y tamaño. Cuando traté de mover uno o dos, a fin de examinarlos, descubrí que estaban firmemente sujetos.

Comprobé que el pasadizo era largo y seguí adelante gateando pero con rapidez con cuidado de no tropezar puesto que lo unico que iluminaba mi camino luego de que la antorcha se apagara era la tenue luz de mi telefono . 

No sé exactamente cuándo lo imaginado se volvio a la visión real; pero surgió gradualmente un resplandor delante de mí, y de repente me di cuenta de que veía los oscuros contornos del corredor y las cajas a causa de alguna desconocida fosforescencia subterránea. Durante un momento todo fue exactamente como yo lo había imaginado, ya que era muy débil la claridad; pero al avanzar maquinalmente hacia la luz cada vez más fuerte, descubrí que lo que yo había imaginado era demasiado débil. Esta sala no era una reliquia rudimentaria como los templos de arriba, sino un monumento de un arte de lo más magnífico y exótico. Ricos y vívidos dibujos y pinturas componían una decoración mural continua cuyas líneas y colores superarían toda descripción. me di cuenta de que las cajas tenian lineas de una madera extrañamente dorada y un oscuro pero verdoso cristal, y se podia ver atravez de ellos y bajo la luz de mi telefono un rostro contemple con asombro y espanto que contenían los cuerpos momificados de unas criaturas que superarían en grotesca fealdad los sueños más caóticos del hombre.

Es imposible dar una idea de estas monstruosidades. Era de naturaleza reptil con unos rasgos corporales que unas veces recordaban al cocodrilo, otras a la foca, pero más frecuentemente a seres que el naturalista y el paleontólogo no han conocido jamás. Tenían más o menos el tamaño de un hombre bajo, y sus extremidades anteriores estaban dotadas de unas zarpas delicadas claramente parecidas a las manos y los dedos humanos. Pero lo más extraño de todo eran sus cabezas. No hay nada a lo que aquellas criaturas se pueda comparar con propiedad... fugazmente, pensé en seres tan diversos como el gato, el perro , el mítico sátiro y el ser humano. Ni el propio demonio tuvo una frente tan enorme y protuberante; sin embargo, la carencia de nariz y la mandíbula de caimán, les situaba fuera de toda categoría establecida. Durante un rato dudé de la realidad de las momias, casi inclinándome a suponer que se trataba de ídolos artificiales; pero no tardé en convencerme de que eran efectivamente especies que habían existido cuando la ciudad sin nombre estaba viva.

 Como para rematar el carácter grotesco de sus naturalezas, la mayoría estaban suntuosamente vestidas con tejidos costosos y lujosamente cargadas de adornos de oro, joyas y metales brillantes y desconocidos.

Observando las parede pude ver como se desvelaba ante mi la historia de estas criaturas que obligados por el oceano y sus caprichosas mareas , buscaron refugio excabando entre las rocas hacia las prufundidades en busca de un hogar

haora que estaba todo mas iluminado pude observar mejor las pinturas las cuales mostraban aspectos que al igual que los humanos respetaban y adoraban como dioses , fertilidad , cosechas pero no encontre nada relacionado con la muerte lo que me parecio muy extraño habia illustraciones de viloencia y guerras pero no habia nada relacionado con la muerte algo que no falta en ninguna cultura claro ejemplo son los egipcios y los aztecas

La ciudad innominadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora