Una orda condemoniaca

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De pronto, me invadió nuevamente aquel agudo terror que de cuando en cuando me asaltaba desde que había visto el terrible valle y la ciudad sin nombre bajo la fría luna . Fue un gemido bajo, profundo, como de una multitud lejana de espíritus condenados; y provenía del lugar hacia donde yo miraba. El rumor fue creciendo rápidamente, y no tardó en resonar de forma espantosa por el  pasadizo. Al mismo tiempo, tuve conciencia de una corriente de aire frío, cada vez más fuerte, idéntica a la que brotaba de los túneles y barría la ciudad. El contacto de ese viento pareció devolverme el equilibrio, porque instantáneamente recordé las súbitas ráfagas que se levantaban en torno a la entrada del abismo en el amanecer y el crepúsculo, una de las cuales, efectivamente, me había revelado los túneles secretos. Consulté mi reloj y vi que faltaba poco para amanecer, así que me preparé para resistir el vendaval que regresaba a su caverna, del mismo modo que había salido al atardecer. Mi miedo disminuyó otra vez.

Cada vez entraba con más violencia el aullante viento de la noche, precipitándose en el abismo subterráneo. Me dejé caer de nuevo boca abajo, y me agarré vanamente al suelo, temiendo que me arrastrara por la puerta y me precipitara en el abismo fosforescente. No me había esperado una furia semejante; y al darme cuenta de que, en efecto, me iba deslizando por el suelo hacia el abismo, me asaltaron mil nuevos terrores . La malignidad de aquella corriente despertó en mí la idea de compararme con el hombre despedazado por la desconocida raza; porque los zarpazos demoníacos de los torbellinos parecían contener una furia más fuerte  que me sentía casi impotente. Cerca del final, creo que grité frenéticamente (casi enloquecido); . Traté de retroceder arrastrándome contra el torrente , pero no podía agarrarme a nada si quiera, y seguía siendo arrastrado lentamente  hacia el mundo desconocido. 

"Que no está muerto lo que yace eternamente, Y con el paso de los evos, aun la muerte puede morir"

El viento se detubo pero entonces el verdadero terror comenzo escuche como los ataudes se abrian y los seres supuestamente muertas hacía innumerables evos, se aproximaban a donde yo estaba  oí horribles maldiciones y gruñidos de demonios de extrañas lenguas. Al volverme, vi  lo que no podía verse en la oscuridad del corredor: una horda pesadillesca de seres que se precipitaban, de demonios semitransparentes y babeantes, grotescamente agitados, y pertenecientes a una raza que nadie habría podido confundir: la de las criaturas reptiles de la ciudad sin nombre.

Se acercaban velozmente por el largo pero estrecho pasillo en el que solo podia moverme a gatas pero las criaturas parecian moverse con totl rapidez , mi corazon latia con fuerza cuando empezaba a llegar a la zona donde podria ponerme de pie y correr a todo dar cuando en el momento de ponerme de pie tropece y entre en la sala de mayor tamaño pero una de las criaturas alcanzo a tomar mi tobillo con sus delgadas y horribles garras no me hubiera podido liberar del iracundo ser el cual pude ver porprimera vez en toda su espantoso ser el cual era mas grande de lo que me podria aver imaginado en ese momento el viento soplo de nuevo estavez con co mayor fuerza que nunca esta vez el viento estaba a mi favor cuando el resto de las criaturas llego tropezaron con su compañero salvajemente me incorpore de nuevo y corri llegue dondeestaba la gran puerta metalica al pasar por ella vi como se movia lenta pero ferosmente movida por los vientos en ese momento me cubrio la mas absoluta negrurapor que detras de mi la puerta se cerro detras de la ultima de las criaturas

                                                                                    FIN

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2014 ⏰

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La ciudad innominadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora