CAPÍTULO 41

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Derek:
Que felicidad y que nervios siento al mismo tiempo, puedo imaginarme como será mi vida de aquí a unos meses, puedo ver, a mi padre y mis hermanos felices y a mi madre, regresando a nuestro lado.

Cuando llegue la noche de la fiesta, no puedo ponerme nervioso, todo debe salir perfecto, no debo dejar que los nervios me jueguen en contra esta vez; pero no me preocuparé demasiado, tengo la confianza de que podré tranquilizarme si me enfoco en la felicidad que llegará a mi vida cuando todo concluya.

Cuando llego a casa son más de las 3 de la madrugada, las calles están desoladas, no escucho si quiera el viento soplar, todo está calmado, todo está oscuro, como si me encontrara en medio de la nada. Abro la puerta principal con sumo cuidado para no despertar a nadie, el chirrido de la puerta me parece demasiado ruidoso y decido hacer un movimiento brusco para apaciguar él sonido lo antes posible. La casa está en completo silencio, tal como el exterior; cuando camino hacia mi cuarto, escucho crujir la madera del suelo a cada paso que doy, intento alivianar mis pasos para no molestar a nadie.

No me percato de lo cansado que estoy hasta que mi cuerpo toca la cama, mi sistema entra en coma apenas mi cabeza esta hundida en la almohada, siento que nunca más quisiera levantarme de ese sitio. Kalem ni siquiera se ha inmutado de mi presencia, en parte me hubiera gustado encontrarlo despierto, para poder contarle todas las buenas noticias que traigo, pero no queda más, tendré que esperar hasta mañana.

***

Cuando despierto me topo con Carly mirándome con sus enormes ojos azules, no puedo evitar sonreír al verla.

—Pequeña, ¿qué haces ahí mirándome? — le digo mientras me incorporo y le acaricio la cabeza con la palma de mi mano.

Carly amplia su sonrisa y toma mi mano tirándome hacia la puerta, me pongo de pie y hago caso a sus pequeños pero decididos forcejeos. Al salir de la habitación veo a Kalem tumbado en el sofá viendo caricaturas en la televisión; se encuentra ahí, despreocupado de la vida, con el pelo desaliñado y con el pijama aun puesto, riéndose de alguna estupidez que dijo un hombrecito azul en la pantalla.

Voltea la mirada al escucharnos entrar en la sala y sin decir nada, de inmediato vuelve su atención a las caricaturas.

—Yo también te extrañé hermano— le digo dándole un pequeño golpe en la parte posterior de su cabeza.

—No estuviste fuera más de un día, tampoco es que no pudiera arreglármelas sin ti— me dice sin dejar de mirar la pantalla— ¿verdad Carly? — le pregunta a nuestra hermanita, esta vez volteándose para mirarla.

Carly se aferra a mis piernas y mira a Kalem frunciendo el entrecejo. No puedo evitar lanzar una carcajada ante su reacción.

—Creo que ella si me extraño— le digo mofándome.

—Traidora— le dice a Carly entornando los ojos y con un tono burlón.

—Tengo noticias— le suelto de una vez, sin poder contener las ansias de contárselo—, muy buenas noticias— hago énfasis para llamar su atención.

Kalem me mira directo a los ojos y de pronto me doy cuenta que lo sabe. Veo como una sonrisa se dibuja en su rostro.

—¿Ya tienes los planos? — me pregunta con una chispa de entusiasmo.

—Mas que eso hermano, tengo los planos, y el boleto de entrada a los laboratorios de la orden— Kalem se levanta del sofá dejando sus caricaturas en el olvido.

—¿Cuándo? — me pregunta dando unos pasos en mi dirección.

—El viernes, en la fiesta de máscaras— le anuncio poniendo mis dos manos sobre sus hombros con entusiasmo—, alista tu smoking hermano. Nos vamos de fiesta con la Elite de Hatchbean— Kalem me lanza una sonrisa triunfadora. Puedo saber por su expresión que está seguro de que lo lograremos.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora