"vistete de serpiente ante el peligro, porta las pieles del lobo ante el miedo, pero solo ocasionalmente lleva las carnes de la bestia; el humano."
ella no era mi conciencia, ni un viejo recuerdo, jamás la había visto, mucho menos la había oído. entre siete velos transparentes de diferentes colores ella danza con intencidad y alegría alrededor de una gran fogata, a las costas del inmenso mar. la arena más blanca y limpia que he visto ella pisa como una caricia. la noche da luz a su espectáculo y no deja que ningún nube se cruce frente a ella para no dejar de iluminarla.
al ver mi paso dudoso detuvo su baile y caminando con calma junto con una mirada intensa que podía decirlo todo se acerco a mi. al verme su sonrisa entendí que no soñaba en vano, entendí que no podría existir tanta belleza sobre la tierra. pero no todo podía ser tan bello, ni siquiera en mis sueños. la mujer agacha la mirada y su sonrisa se torna en un gesto de preocupación, toca mi torso y se mancha con sangre, un fuerte mareo se adueña de mis sentidos y pierdo toda orden sobre mi cuerpo. me desmayo.
siento una mano sobre mi pelo, tan suave como la brisa al acaricia la copa de los árboles. Al alzar mi mirada la vi a ella tan directo a sus ojos gentiles que sentí que estaba despierto, sentí mi corazón latiendo insesantemente. volvió a sonreír y toda noche se volvió día, con esa sonrisa toda herida se volvió recuerdo de un pasado y hablado de heridas, apenas al recordarlo toque mi abdomen y mi herida ya no estaba ahí.-No es fácil de curar el corazón, y menos cuando lo dejas tan al descubierto.
no comprendía aun de que me estaba hablando, ni menos de que se trataba.
-Se que es confuso, que no me conoces y que te sientes extraño pero es bueno que dudes, si sabes transformar la duda en un descubrimiento y este en aprendisaje estarás en buen camino y no volverás a caer con heridas como estas.
Toco dónde se encontraba ahora mi cicatriz. mi incomprensión estaba desbordada por doquier, entre sus velos me encontraba, con la selene desde lo alto alumbrando la blanca arena y reflejándose en los hermosos ojos pardos de esa mujer.
No pude con mis preguntas, ya no resistía mas.- Discúlpame, ¿Quien eres?
Ella suspiro leve y me sonrió.
- Estoy dentro tuyo pero no te pertenezco, solo estoy aquí para cuidarte mientras que así lo quisieras.
Más confuso quede, pero solo comprendí una cosa; está dentro de mi.
siguió. - Siempre que tu corazón o sentimientos sean lastimadas en esta plaza que esperare para tratar esas heridas.
El sol celoso quería tomar lugar en el cielo estrellado para ver a esta maravillosa mujer pero...
- ¿Ya debo irme verdad?
Ella hace notar un poco de tristeza en su rostro.
- La luz del día no me pertenece, ni tampoco soy bienvenida ahí. Así que te esperare siempre que lo necesites en esta plaza en la noche finita.
Me levante y tome sus dos manos para ayudarla a levantarse, ella me da una caricia, tan cálida y suave como un beso. pero antes de marchar una duda no quería perecer en mi.
- No respondiste mi pregunta, ¿Quien eres?
Dirijiendose hacia el mar me miró con cierto brillo en sus ojos.
- Por ahora recuerdame cómo la Gitana de la playa.
El mar se la lleva y luego a mi sin dejarme reaccionar ni un instante. Despierto entre el llanto de mi familia, recostado en una cama dentro de una habitación blanca. Estoy devuelta, estoy de vuelta gitana.