One shots | Damie

Livi (Parte 2)

Tenemos que salir en mi auto porque Jamie ayer vino hasta mi casa en un taxi. Yo estuve todo el tiempo preocupada pensando que ayer habia manejado borracho hasta acá, y esa fue una de las razones por las que le dije que podia quedarse, porque no quería que siguiera manejando borracho por ahí.

Y Jamie fue incapaz de sacarme de mi error, hasta ahora.

Nos detenemos en un lugar donde venden pancakes. Sí, sé que pude haberlos hecho en casa, pero como él insistio tanto en salir, decidi venir aqui, donde preparan unos pancakes muy deliciosos.

Nos sentamos en una de las mesas y se nos acerca una chica que nos da los buenos dias -mirando por mas tiempo de lo necesario a Jamie- y nos entrega un menú a cada uno. Jamie decidió pedir dos pancakes con mermelada de fresa y jugo de naranja, yo decidi lo mismo, pero en lugar de mermelada, pedi los mios con chocolate y trocitos de frutas. Unos minutos despues nos traen nuestra orden y procedemos a desayunar.

-Estan deliciosos, -Dice Jamie, poniendo la comida en una de sus mejillas, tal cual como una ardilla,  para poder hablar. -pero nada se compara a como tú los preparabas. - ¿Puedo besarlo ya? No, Dakota, calmate.

-Ya sé que soy la mejor haciendo pancakes. Realmente soy la mejor en todo. -Contesto con fingido aire de suficiencia. -Veo que todavia hay una ardilla viviendo en ti. -Le digo riendo y negando suavemente.

-Pero que presumida eres, mujer. -Continua masticando al tiempo que se rie. -Y sí, pero si mal no recuerdo, esa fue una de las cosas que te enamoro de mi. 

-Presumida no, realista. -Le guiño un ojo. -Corrección, esa manía fue exactamente la que me enamoró de ti. ¡Tarado! -Pongo mis ojos en blanco y ambos nos reimos.

Terminamos de comer en silencio, hasta que Jamie me dice que ayer lo deje muy intrigado cuando le dije que no sabia que respuesta darle sobre una de las preguntas que me hizo. Me toma con la guardia baja, porque realmente pense que estaba tan tomado, que hoy no se acordaria de nada y menos sobre eso.

Medito un poco si deberia contarle o no, hasta que finalmente decido que sí, a pesar de todo sigo confiando en él como el primer dia. Suspiro y comienzo a contarle sobre mi pequeña Livi, la niña que desde el minuto uno robo mi corazón, quien me ha dado la fuerza necesaria para luchar por ella y contra todo lo que podria venir con ello.

Olivia, o Livi, como yo la llamo cariñosamente, es una niña de tres años que conoci hace pocos meses, cuando sentí que me hacía falta hacer algo que no solo cambiara y alegrara mi vida, sino tambien la de otros, por lo que comence a hacer, digamos, una especie de servicio comunitario en una casa hogar, ayudando con y en lo que pudiese.

En uno de los dias que estaba ahi, me llamó la atencion una hermosa pequeña que caminaba abrazada a un osito Winnie the pooh. Apenas la vi, solo me transmitio unas inmensas ganas de abrazarla y protegerla de todo y de todos. Pero me contuve, porque sé que algunos de los niños y adolescentes que alli se encuentran, tienen traumas, y por si ese era su caso, no queria asustarla.

Ese mismo dia me dirigi hacia la directora y le pregunté sobre la niña. Me contó como se llama, su edad y algo breve de su historia, me dijo que como yo tenia pocos dias asistiendo, no podia contarme todo, aunque agregó que no tenia ningun trauma, que por el contrario, era una niña muy alegre y habladora.
Saber eso me alivio tanto, asi que poco a poco me fui acercando a ella. Asi como poco a poco me fueron contando mas de su historia y cómo fue que llegó ahí.

Paro de hablar para observar a Jamie y su reacción. Su rostro es de total asombro, pero a la vez me anima a que siga hablando porque quiere saber mas sobre Livi.

La historia de mi bebita es la siguiente; su madre murio al darla a a luz, por lo que ella quedo a cargo de su padre y su madrastra. Ambos eran alcoholicos, y la pequeña no recibia los cuidados ni la alimentación adecuada.
Un dia, cuando ya tenia casi dos años, su padre llegó a casa y la encontro sola y desmayada, por lo que la llevó al medico y luego la dejó abandonada alli.