Azrael: Legión de ángeles

Capítulo I.

Capítulo 1:

«Corre»

Se escuchó dentro de mis pensamientos, su fría voz provocando que escalofríos me recorrieran por todo mi cuerpo.

Corría a toda velocidad, mis pasos sonando pesadamente en las calles desiertas y oscuras, mi respiración era agitada y el vaho salía de mis labios ante una noche fría.

«Huye»

De nuevo la escalofriante voz invadiendo mi mente cual ladrón, mis piernas ardiendo por el esfuerzo, mi corazón palpitando agitadamente que casi dolía.

«Escóndete»

Había una figura encapuchada al final de la calle, su figura siendo iluminada por la bombilla de luz naranja.

Me detuve abruptamente viendo entre la penumbra y la poca luz, la enferma y retorcida sonrisa ladeada del chico encapuchado.

Di media vuelta regresando por donde venía, las lágrimas acumulándose en mis ojos que desesperados buscaban a alguien a quien pedir ayuda o algún lugar donde esconderme, pero parecía no haber nada.

El temor estaba haciéndome prisionera, quería gritar, pero mis labios se negaban a emitir algún sonido y de mi frente corrían gruesas gotas de sudor mientras apretaba mis manos para evitar el temblor que las envolvía.

Volteé a ver sobre mi hombro temerosa y el chico de segundos atrás ya no se encontraba ahí. «No» pensaba.

En una fracción de segundos logré ver un callejón, dentro de el se veían dos grandes tanques de basura, en medio de ambos había una pequeña abertura lo que hacía un buen lugar para esconderme.

Llegué velozmente y me escondí entre ellos.

«Calla»

La fría dicción en la que sonaban sus palabras daba miedo, sin embargo, daba más temor el cómo se introducían sus palabras en mi mente con facilidad.

El silencio en el lugar era terriblemente aterrador, solo contaba con mi respiración agitada que cortaba el silencio.

«Espera»

Cerré mis ojos al escuchar su voz, tomé mis rodillas juntándolas a mi pecho y con un solo pensamiento «Me encontrará»

Veo su sombra cubrirme de la poca iluminación y mi cuerpo se congela.

—Te encontré.

Sollozo ante su tono burlón y lentamente miro hacia arriba, justo antes de que logre ver su rostro su mano toma un puñado de cabello y me arrastra por todo el callejón hasta dejarme en la calle.

«Párate»

Como tonta hago lo que me indica parándome, me tambaleo un poco sosteniéndome la cabeza, no reparo en lo que hago antes de que su puño impacte en mi cara.

«¡Lucha!»

Su grito me asusta y vuelve a golpearme, esta vez, logra hacerme caer.

«Muere»

Musitó en mi mente, vi como una sonrisa tiró de sus labios, alzó su mano derecha y la oscuridad me consumió por completo.

Tomo una bocanada de aire a la par que se abren mis ojos, quienes miran a su alrededor, sin embargo, no encuentro nada.

Había sido un sueño, un maldito sueño.

Me siento en mi cama mientras masajeo mis sienes.

—De nuevo— murmuro. Esas pesadillas que se repiten constantemente, siempre corriendo, siempre la persona encapuchada y por último su voz silba decorando su sonrisa ladeada acompañada de un Muere.