Capítulo IV.

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Capítulo 4:

—Creo que no es agradable la visita, el color de tus mejillas se ha acabado querida Adelis, aunque a pesar de ello continuas con una sonrisa sínica— su aliento hace cosquillas en mi oreja y a su pronta aproximación Hades se repone con su habitual sonrisa —tenía una basurita en el cabello.

Le explica a mi madre, quien intercala varias miradas entre él y yo.

—Es momento de despedirlo— dije apartándome, mi humor no mejoraba cuando estaba a lado del irritante Hades, no ayudaba en nada y solo empeoraba las cosas.

—Hija, no debes ser descortés con los invitados.

—No se preocupe señora, están en ambiente familiar no puedo interrumpirlo— el porte y toda su energía cambiaba cuando hablaba con otras personas, incluso puedo decir que era amable y educado.

— ¿Eres vecino y compañero de mi hija? —la simple y estúpida palabra "hija" en la boca del hombre, escoció.

—Ya es tan tarde, me esperan en casa— cambió de tema y le ofreció una sonrisa de boca cerrada, su rostro se ensombreció —ya vi lo que tenía que ver.

Dio media vuelta y se fue sin decir nada, claro, no sin antes hacer sus misteriosas oraciones.

—No me cae bien el novio de mi hermana— casi viré los ojos al escuchar a la niña.

— ¿Te ayudo a servir, mamá? — me hago de un lugar dejando a todos llegando a nuestra pequeña cocina.

—Adelis— el reproche está en todo mi nombre.

Con flojera veo a la familia de ahí, mi madre sigue apuntándome con sus ojos haciendo un sinfín de muecas para que salude.

—Buenas tardes— regreso a lo mío, bueno, en realidad solo picaba con una cuchara el puré.

—Hola Aledis, soy Carolina, me puedes decir Caro— le dediqué una mísera mirada y seguí picando la comida —e-ella es Charlotte, tu hermana— mordí mis labios apunto de reír, mi madre me codeó.

—Un gusto, mamá ¿preparaste el agua? Tengo un poco de sed y me duele la cabeza.

—Oh cielo, vamos, te acompaño por la pastilla.

— ¿Qué? Yo pue...

—Dije que yo te acompaño.

La seguí casi brincando dejándolos en el incómodo ambiente.

—Sé lo que intentas hacer—se giró a mitad de nuestro trayecto— no te irás diciendo que te sientes enferma, comerás con ellos y serás educada.

— ¿Educada? Estoy siendo esplendida, toda una joyita recatada, justo como su mujer.

—Basta con ese sarcasmo.

—Nos han venido a conocer, no mostraré otra cara que no tenga, no fingiré como ellos ni como tú, odio esto— avancé de nuevo a la cocina, la figura del señor estaba escuchándonos —lo odio.

Pasé por su lado con una expresión de satisfacción, ¿me querían conocer? les presentaría con lujo de detalles quién era Adelis Rhys.

Durante la comida se disipó un poco la incomodidad, de vez en cuando me preguntaban cosas, pero ante la seriedad y falta de interés dejaron de hacerlo, o si querían preguntar lo hacían directamente con mi madre.

—Hermana, ¿puedo ver tu cuarto? —elevé una ceja.

—No habrá nada de tu interés, incluso podrías estropear mis cosas, niña.

—Charlotte— corrigió mi madre —y claro que puedes ir a verlo, acompáñala Adelis.

—No he terminado de comer, al menos quiero comer en paz— murmuré con fastidio.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2023 ⏰

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Azrael: Legión de ángelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora