Azrael: Legión de ángeles

PRÓLOGO.

Prólogo:

Una madre y su hijo caminaban después de una larga jornada de trabajo, porque no era sencillo ser madre soltera y joven, aún más el no tener el apoyo de ningún familiar.

Mientras caminaban entre la calle desierta, al dar la vuelta, las botellas romperse y chiflidos se dejaron escuchar en cuanto madre e hijo pasaron por una cantina, los hombres decían palabras indecentes y ella solo lograba tomar la mano de su pequeño hijo con temor.

Ella era hermosa, su largo cabello negro hondeaba en ocasiones gracias al viento, su delicada piel algo maltratada por las cargas de trabajo, sin embargo seguía siendo tersa y blanca, sus ojos eran oscuros y estaban cansados, pero la belleza irradiaba aun con esos desperfectos.

Ella captó la atención de cuatro caballeros sentados en esa cantina, chicos jóvenes y borrachos sucumbieron ante la lujuria de ver a una chica tan bonita y sola.

La siguieron, susurrando "cumplidos" poco decentes y ella se mantenía en silencio rezando por llegar ya.

— ¿Mamá? — el susurro del niño fue llevado lejos, su madre, asustada solo le sonrió.

—Está bien.

Pero no estaba bien, no lo estaba, lo estaría.

Llegaron a su casa de renta, la casa que constaba de un solo cuarto y una pequeña cocina, eso era lo único que podía pagar su mísero sueldo.

La puerta de la pequeña casa fue ultrajada, la madre acarició a su hijo y le sonrió.

—Quédate aquí, no hagas ruido.

El amor de madre no podría ser comparado con nada, la mujer con ojos llorosos comenzó a tatarear una suave canción para su pequeño asustado.

—Cierra los ojos mi amor.

Los hombres, nublados por el alcohol y el deseo deslizaron sus sucias manos por la delicada piel de la joven, ella soportó en silencio, sonriéndole al pequeño que veía por la pequeña rendija, lo acompañó hasta que los antes brillantes ojos oscuros quedaron vacíos.

Mientras todo eso sucedía lo dioses se regocijaban en todo su esplendor, su ángel caído pagó y pagaría por sus errores en el cielo.

El niño rió.