Capítulo 2

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Una vez que estoy fuera del edificio me siento en la acera y empiezo a pensar en lo que pasó. Al parecer perdí la virginidad con Ricardo, lo cual es la más grande locura que he hecho en mi vida.

No soporto el dolor de cabeza.

Luego caigo en cuenta que nunca llegue a casa y tampoco tengo celular para llamar a mis padres.

¡MIS PADRES!

Me van a matar, nunca había dormido fuera de casa y mucho menos después de una fiesta. Me van a correr o matar, estoy casi segura. Reviso mi cartera de mano y verifico si tengo efectivo para tomar un taxi y solo cuento con cinco dolares.

Tenía cincuenta dólares, ¿en que demonios gaste tanto?

Lo peor es que ese dinero era para comprar un libro. Aunque ahora tengo que buscar dinero para irme de la casa porque posiblemente mis padres me corran.

Decido no pensar más y me levanto, empiezo a caminar hasta que veo un grupo de taxista, decido acercarme.

—Disculpe, señor... —llamo la atención de un señor que estaba apunto de encender un cigarrillo. Me mira con cara de pocos amigos.

—¿Qué quieres puta? –abro mis ojos demasiado.

—¡¿Disculpe?! –pregunto indignada.

—Ya tu hora paso, en la noche puede ser.

Molesta por su insulto me voy de ahí. Sigo caminando hasta que llego a una estación de bus, creo que si podré irme en bus hasta la casa.

En cuanto me subo al autobús, todas las personas se me quedan mirando.

Ya me imagino lo que deben de estar pensando, ya que obviamente sigo con mi ropa de fiesta y posiblemente tengo todo el maquillaje desecho. Que incómodo.

Trato de no darle importancia y me siento al lado de una anciana, la cual me mira y niega con la cabeza.

Señora relájese.

Así duro todo el camino hasta que al fin veo la cuadra que va hasta mi casa.

—Parada por favor.

Me bajo del bus y empiezo a caminar hasta mi casa. Los nervios que tengo ahora mismo son indescriptible, tengo un nudo en la garganta y los ojos llorosos. Mis padres me van a matar.

Cometí el peor de los errores.

—Estoy muerta –susurro.

Pienso en que tengo que ser fuerte y firme, es mi vida y ellos tienen que aceptar que tengo derecho a divertirme, a enamorarme, a disfrutar de la vida y de mis amigos, obviamente sanamente.

Camine hasta llegar a la puerta de mi casa y toque el timbre, unos minutos después se abrió la puerta dejando ver a mis padres, en cuanto me vieron su expresión preocupada cambio por una de alivio, la que cambio en minutos a ser una expresión de furia.

Al diablo ser fuerte y valiente.

Descansa en paz Melany Mendes.

Mis padres me miran con tanta furia. Nunca antes me habían visto así y me siento culpable y decepcionada de mi misma. Nunca pensé que algún día esto pasara, nunca he salido de casa y llegar al día siguiente. En realidad nunca he salido sola de casa, nunca fui a alguna fiesta de preparatoria, siempre salia con mis padres.

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