💖One-Shots: ✝Diabolik Lovers✝‼

Si Quiero: Shu

Wii ahora vienen los one-shots de si quiero es decir si quiero casarme contigo 💖💖

Caminaba por los pasillos, oculto bajo las sombras de aquella noche sin luna. Simple, ligero, era el viento que corría con esa brisa dulce. A lo lejos de su vista, las debiles ramas de los pinos se balanceaban perezosamente.

Sentía el peso de su capa negra, volando a su espalda por el viento rebelde. Aquella ansiedad lo invadía, tanto que cada diez minutos pasaba una mano por sus cabellos rubios. Quería llegar cuanto antes, envolverse en la suave seda de la oscuridad junto al romance carmesí de su sangre.

De solo pensarlo su boca se hizo agua y los musculos se le tensaron. ¿Lo esperará? ¿Estará durmiendo? Era medianoche, estaría descansando en su lecho. En aquel hermoso lecho que compartían, invadido del aroma a rosas y vainilla. Donde muchas veces unieron sus cuerpos, donde siempre se dejaban caer en las eroticas redes del placer...

Recordando, la primera noche, cuando el amor de su vida le dijo "si, quiero" con aquellos ojos radiantes llenos de lagrimas.

Se escuchaba el murmullo de ese puñado de personas reunidas, interactuando entre ellos. Sus oídos agudos captaban cada mensaje, cada chisme dentro de esas bocas. Hablaban sin parar, hablaban sobre ésta noche. ¿Qué les importaría ésta noche? Para ellos, era como cualquier otra. Solo les había invitado a una fiesta, y ni siquiera él quería invitarlos. A Shu le daba igual, era como pasar una tarde llena de humanos. Sin embargo, aquella fiesta no era como las demás. No era como si de golpe quisiera usar esmoquin con una corbata rojo sangre, invitar a cien personas a un gran salón y cubrir todo de satén blanco y rosas rojas. Aquel era un día importante, y prometía presumirlo usando todo lo que estaba a su alcance.

- ¡La novia, ya viene la novia! - gritó una mujer de mediana edad, con las mejillas coloradas de la emoción y una gran sonrisa.

Los ojos azules de Shu se abrieron de par en par y se enderezó en frente del altar. Las damas de honor, con un vestido color rosa bebé que llegaba hasta el piso y hacían verlas maniquíes, hacían fila en el lado derecho. Los padrinos, los hermanos del novio, vestían esmoquin y iban detrás de él. Todos con una sonrisa, su familia dejaba ver aquellos colmillos afilados a propósito. Desde ahora... se formaría una familia distinta a lo acordado, y todo por culpa de sus sentimientos.

¿Acaso sus sentimientos cambiaron por aquella razón? Aquella razón que se escondía detrás de las cortinas de seda platinadas, esperando con un vestido que él jamás había visto. "Una sorpresa" le había dicho ella guiñando un ojo. La gente que murmuraba dejó de hablar, y las mujeres parlanchinas al principio de la fila lo miraron con sus ojos ancianos picaros. Que mujeres... más obscenas y pervertidas.

¿Cómo su amor podría tener tantos conocidos y familiares? De su lado, se hallaban monjas con sus hábitos y mujeres de mediana edad con vestidos elegantes, hombres y niños vestidos con trajes y alguna que otra adolescente embobada con uno de sus hermanos. ¿Conocía a tanta gente? Su padre no estaba por ningún lado, es decir, su padre adoptivo. Pareciera que tenía una gran familia, viéndolos a todos allí.

Pronto tendría una familia más grande, y sus ojos azules se posaron en la cortina de seda que se abría segundo a segundo. Pronto descubrió una beldad de 1.58 centímetros vestida de seda y satén. Brillaba con luz propia, espiritual, aferrada al brazo de "ese sujeto". La música comenzó a sonar.

"Yo la llevaré al altar" había dicho con sarcasmo su padre, el señor de los demonios, alegando que esto nunca se había hecho en la vida. Ja, un vampiro casándose dentro de una iglesia, era una idea ridícula. Pero por ella haría todo lo que fuese, por hacerla feliz. Y si eso significaba que tendría que casarse en la casa de Dios y ser bendecido, lo haría por ella.