Pt.1

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Las sirenas de las ambulancias y coches de policía resonaban en todo el lugar formando gran eco en el interior. El pelinegro abrió los ojos con dificultad y se acomodó sentándose, apoyando su espalda contra un gran escombro. Su vista se paseó por todo el lugar en busca de alguien en concreto, los minutos pasaban y sus nervios aumentaban cada vez más.

Dabi: ¡Fumiko! ¡¿Estás ahí?!

Tras varios segundos de completo silencio, el villano pudo escuchar unos golpes constantes que procedían del otro lado del escombro en el que estaba recostado.

Dabi: ¿Eres tú, me escuchas? Te voy a sacar de ahí, solo espera.

El ojiazul suspiró aliviado y se levantó con esfuerzo y comenzó a tantear el escombro con sus manos buscando alguna forma de moverlo con mayor facilidad. No quería usar su kosei y arriesgarse a dañar a la chica.

Cómo pudo agarró un extremo de aquel gran trozo de cemento y tiró de él hacía sí, consiguiendo hacer que este cayera, no sin antes apartarse de su camino.

La chica permanecía tumbada con algún que otro escombro, no muy pesados, sobre ella. Aparentemente parecía estar en una condición no muy grave.

Fumiko: Ey, deja de mirarme así y ayúdame a salir de aquí.

Tras un asentimiento con su cabeza el villano se dirigió a ella y apartó todos los escombros, su cuerpo se paró en cuanto llegó a la pierna de ella. Estaba atrapada bajo una piedra mayor que las demás y aquello no podía significar nada bueno.

Dabi: Pequeña, esto te va a doler.

POV.DABI

Liberé su pierna tras varios intentos, el aspecto de esta no era tan malo como lo había temido, quizás algún hueso roto. Pero al menos seguía ahí.

Con un cuidado aún mayor pasé ambos brazos sujetándola por su espalda y piernas para posteriormente alzarla y dirigirme a donde el lugar estaba en mejor condiciones. Era como una pequeña cúpula de escombros por la que se filtraba la luz.

Fumiko: Dabi... Había, otra persona más.

Dabi: No. Fue cosa de Toga, te ha mentido.

Me senté como pude separando mis piernas para poder dejarla a ella entre ellas y recostar su espalda sobre mi pecho. Era mi única forma de darle seguridad en una situación como aquella.

Dabi: Supongo, que alguien vendrá a por nosotros.

POV.NARRADORA

La chica asintió sin decir nada, estaba molesta, habían intentado deshacerse de ella y para colmo habían conseguido que otra persona se viera involucrada en ello.

Perdida en sus pensamientos la joven no reaccionó hasta que unos brazos la rodearon con delicadeza y en respuesta a ello decidió dejar caer su cabeza sobre el pecho de él.

Fumiko: ¿Y tú qué haces aquí?

Dabi: Es mi afición entrar en derrumbamientos.

Fumiko: Tu afición es ser sarcástico las veinticuatro horas del día.

Dabi: Entonces, si te dijera que un villano como yo sé preocupó por una aspirante a héroe como tú, ¿Me creerías?

La chica se giró con su rostro enrojecido para poder mantener la mirada al villano que la observaba con una expresión que no sabía descifrar.

Fumiko: ¿Debería?

Dabi: Creer las palabras de un villano no es muy recomendable –alzando sus hombros–. Aunque esta vez podrías hacerlo.

El rostro de ella cambió de numerosas expresiones hasta que una sonrisa se formó en él.

Dabi: ¿Por qué sonríes como una tonta?

Fumiko: Solo pensé que no te pega nada, ya sabes eso de ayudar a personas.

Dabi: Y no lo hago, tú eres como un perro tonto que se cree todo lo que le dicen.

Fumiko: ¿Me estás llamando animal?

El villano no se molestó en contestar y simplemente alzó sus hombros, estaba más concentrado en la situación en la que se encontraban.

Tras unos minutos de puro silencio fue él quien abruptamente decidió deshacerlo.

POV.DABI

Dabi: Oye –apretando el agarre sobre ella–, ¿Tú comes bien? Estás muy delgada.

La pregunta le había sorprendido y podría jurar que en cierta parte molestado, ya que se revolvió intentado separarse.

Fumiko: Qué o cuánto coma no tiene que ver contigo.

Parpadeé varias veces, aquello había sonado demasiado brusco y distante, más de lo normal.

Dabi: ¿Tema delicado? Si no, ya sabes que yo me puedo ocupar de que no pases hambre, si me entiendes.

Milésimas de segundo para que ya me encontrase sujetando mis costillas las cuales habían sufrido un doloroso codazo por parte de la chica con exquisitos modales.

Fumiko: Villano pervertido, seguro que tú has hecho que todo esto suceda solo para aprovecharte.

Dabi: Ya te dije que era mi afición eso de los derrumbamientos.

Fumiko: Si no fuera por mi pierna rota ya te habría pateado ese estúpido trasero.

Una carcajada se escapó por mis labios mientras la observaba divertido. Aún estando en ese lugar y herida seguía comportándose de aquella peculiar manera que me había atraído desde el primer momento.

Salí de mis pensamientos para fijarme en ella, seguía hablándome con su rostro levemente girado en mi dirección. Sin atender mucho a sus palabras coloqué mi mano sobre su frente y la empujé hacia mí consiguiendo que se tumbase sobre mi pecho.

Dabi: No gastes tu energía en tanta charla. Puedes dormir si quieres, o no sé, simplemente descansa.

Fumiko: Bueno...

Noté el cálido tacto de su mano sujetando la mía apartándola de su frente y jugando con los dedos de ambos. Extrañamente infantil y lindo.

Irresistible tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora