Capítulo 11

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 ● IGOR 

Dios, ¿por qué tuvo que sacar el tema? Todo iba bien hasta que lo sacó... Negué con la cabeza y me pasé la mano varias veces por el pelo. Necesitaba salir de ese maldito autobús y fumar un cigarrillo.

-Señoras y señores pasajeros, haremos una parada de media hora en Nashville. Anunció el conductor por megafonía. 

Menos mal... Miré a mi derecha. Beth seguía con los cascos puestos y miraba por la ventanilla. ¿Por qué la he hablado así? Observo como cruza las piernas y se pone la coleta sobre el hombro. Dios, es igual que ella... Sin duda tengo que disculparme, pero seguro que ella está enfadada... Todavía queda media hora hasta que el conductor detenga el autobús, por lo que me saqué el móvil del bolsillo y le mandé un mensaje a Ryan. Bloqueé el móvil y a los dos segundos me llegó lo que creía que era su contestación. Desbloqueé el móvil y leí el mensaje. Era ella.

''¿Qué tal estás? ¿Sigues con Ryan? Por aquí se te echa de menos..."

Sonreí mientras negaba con la cabeza.

''Yo bien, ¿y tú? No pequeña, ya hace dos días que me fui... Y tranquila, muy pronto nos veremos"

En poco más de dos minutos llegó su contestación.

''Bueno... Ahí voy... Ya sabes... ¿Te fuiste? ¿Y dónde estás? ¿Estás bien?"

Sonreí con ternura mientras le contestaba.

''Pues cogí un autobús para ir a verte pequeña... Yo también te echo de menos..."

Bloqueé el móvil y tras un rato esperando, volvió a vibrar.

''¿Pero estás bien no? Como te pase algo..."

El corazón me dio un pequeño vuelco al ver el mensaje. Sabía lo que significaría para ella perderme...

''Puedes estar tranquila pequeña, que no me pasará nada... Ya sabes lo fuerte que soy..."

En dos segundos llegó su contestación.

''Como tenga que confíar en lo fuerte que eres, estamos los dos perdidos..."

Me reí en voz alta y Beth se giró para verme mientras fruncía el ceño.

''Jajaja tranquila pequeña, en unos días estoy ahí y todo acabará..."

En varios segundos tenía un nuevo mensaje.

''Eso espero... Ya no puedo seguir así y encima estas lejos de mí..."

Sonreí con tristeza y le contesté.

''Pequeña en unos días estaremos juntos de nuevo y te prometo que no volveré a irme..."

Jugué con el móvil unos segundos hasta que volvió a vibrar.

''Vale... No puedo seguir estando lejos de ti..."

-Lo sé... Susurré mientras veía la pantalla del móvil.

''Yo tampoco... Pequeña tengo que dejarte, luego hablamos, te quiero"

Mi móvil vibró antes de que pudiese bloquearlo.

''Vale... Te quiero y ten cuidado"

Bloqueé el móvil y me lo guardé en el pantalón. La echaba tanto de menos... El conductor al fin, detuvo el autobús. Beth se quitó los cascos y los enrolló alrededor del móvil. Me miró unos segundos pero no me dijo nada. Me desaboché el cinturón y me bajé del autobús. Si ella no iba a hablarme yo no iba a ser menos. Crucé el aparcamiento y me alejé lo más que pude del autobús. No sé si me seguía o no, pero en ese momento me daba igual. Me escondí lo más que pude entre dos coches y me saqué un cigarrillo de la cajetilla de tabaco. Lo encendí y le di una calada... Esto ya era otra cosa. Cerré los ojos y le di otra.

-¿Hoy es un día malo? Dijo una voz detrás de mí.

No tenía que girarme para saber quien me estaba hablando. Abrí los ojos y expulsé el humo de boca.

-No está mal. Dije subiendo y bajando los hombros.

-Igor... Sólo quería que supieras que...

-No. No te disculpes... Me giré para mirarla . -Soy yo el que debe disculparse... No debí haberme puesto así... Lo siento. Dije dándole una calada al cigarro.

-No pasa nada, soy yo la que no debí meterme en tus asuntos. Dijo mirándome con cautela.

-No, tranquila. Te entiendo. Debes de pensar que yo se mucho de ti y tu nada de mí y es lógico que desconfíes de mí y pienses que soy un delicuente o algo... Dije mirándola fijamente a los ojos.

-Mm... No... Para nada he pensado eso... Simplemente pues si, es verdad que tú sabes mucho de mí y yo no sé nada de ti, pero mi intención no era herirte ni nada... Dijo dando un paso hacia mí con cuidado.

Le di otra calada al cigarro y lo tiré al suelo.

-¿Quieres saber por qué voy en ese autobús? Dije mirándola más intensamente.

-No, no te preocupes... Dijo negando con la cabeza.

-Es justo. Tú me lo contaste, pues ahora me toca contarlo a mí. Dije dando un paso hacia ella.

-De verdad, no hace falta, si tu no...

-Mi hermana pequeña vive en Bronx. Mi familia y yo siempre hemos vivido allí. Cuando tenía diez años, mi madre murió. Mi padre la maltrataba y un día le dió una paliza tan fuerte que terminó por matarla. Cuando ella murió mi padre empezó a ir al bar a emborracharse y llegaba tardísimo a casa. Necesitaba pegar a alguien, por lo que empezó a destrozar los muebles del salón y la cocina. Un día, tendría yo doce años, le dio una bofetada a mi hermana, no me acuerdo muy bien por qué. Desde entonces, empezó a maltratarla a ella también. Cada noche después de ir al bar, le daba una paliza a mi hermana... Ella sólo tenía diez años... Cuando mi hermana cumplió los catorce, empezó a hacerle otras cosas a parte de pegarla... -Cerré los ojos con fuerza y apreté los puños. -Cuando cumplí los diecisiete, me mudé a un apartamento con mi amigo Ryan y le prometí a mi hermana que se vendría a vivir conmigo. Desde entonces lo llevo intentando, pero siempre la pilla y le da una paliza como castigo. Hace un mes, lo intentamos de nuevo, pero él se dio cuenta y... La voz se me quebró. 

-Yo...

-No sólo la pegó con un cinturón y le dio una paliza delante de mi cara... La hizo cosas que un padre jamás debería hacerle a su hija... ¡Y yo no pude evitarlo! Grité mientras le daba un puñetazo a un coche.

-Igor...

-¡No pude evitarlo joder! Le di otro puñetazo al coche. 

-Igor, tranquilízate... Dijo Beth casi en un susurro.

-¿Tranquilizarme? ¡Mi padre es un monstruo! ¡Debería de estar en la cárcel! Volví a gritar mientras volví a pegar al coche.

-¿Y por qué no denuncia tu hermana? Dijo Beth ya a mi lado.

-Tiene miedo... Tiene miedo por lo que la pueda hacer como lo haga... ¿No lo entiendes? Ese hombre ha conseguido que tenga miedo de hasta tener novio... Dije apretando lo dientes.

-Dios... ¿Cuántos años tiene? Dijo Beth con dolor en su voz.

-Uno más que tú. Dije suspirando.

-¿Y cómo se llama? Dijo Beth después de tragar saliva.

-Nina. Dije sonriendo levemente.

 -No sé qué decirte... Dijo Beth bajando la mirada.

-Ese hombre es un mostruo. Dije cerrando los puños. 

-Lo es... Dijo Beth con cautela.

-¿Puedo confesarte algo? Dije enarcando una ceja.

-Claro. Dijo Beth mirándome.

-Empecé a ir al gimnasio para ser yo quien pegara a mi padre y sintiera lo que es que ten una paliza... Pero entonces pensé que ahí estaría siendo como él y no quiero ser como él porque...

No pude terminar la frase ya que de un momento a otro, los labios de Beth estaban sobre los míos. Me quedé quieto, sorprendido por su hazto, hasta que ella movió sus labios, pidiéndome a gritos que los besara. Cerré los ojos y coloqué mis manos en su cintura, para atraerla más a mí. La besé como ella me había besado y justo cuando pude probar sus labios, se separó y salió corriendo hacia el autobús. 

Tu sitio es estar conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora