Punto Muerto (Higuel)

-Nueva Ruta-

-¿Encontró a alguien?.-dijo Miguel algo sorprendido, antes de que le dijera algo el corrió a mi hermano, solté un leve suspiro, pero aún así fui hacia ellos. Al entrar a la tienda, todo estaba en perfectas condiciones, cómo si apenas fueran abrirla para la venta, lo único que estaba fuera de lugar era la caja registradora, tal vez algunos que pasaron aprovecharon esta infección. Miguel y Tadashi continuaron su camino a la habitación del personal, los dos se detuvieron en el marco de la puerta, pero Miguel miró rápido a mi hermano y entró al cuarto sin pensar. Eso se me hizo completamente extraño, tan mal estaba esa persona, caminé para poderme integrar con ellos y entonces encontré a Miguel en el suelo con un chico moreno, cabellos castaños y un poco largo, en su piel se podía ver que lo habían golpeado.

-¡¿Leo?! hey, hey.- Miguel lo sacudía un poco para no lastimarlo.- hey...amigo, soy yo, Miguel.

Aquel chico comenzó abrir lentamente sus ojos, se fijaron en los de Miguel y sonrío lentamente- Mi...guel...que bueno que eres tú.

-No hagas esfuerzo.- unas leves lágrimas comenzaron a caer por sus lágrimas, mi corazón se volcó al verlo llorar, no quería que estuviera triste.- al fin pude encontrarte...- lo abrazó sin quererlo lastimar.

-¿Lo conoces Miguel?.- pregunté para que al menos no llorara más.

-Si...el es mi amigo quién vivía con mis familiares.

-Entonces...hay que curarlo, ayúdenme para llevarlo al auto para que descanse.- dijo Tadashi ya pasando un brazo por el cuerpo del amigo de Miguel, nosotros también lo ayudamos y nos dirigimos al auto. Pasaron unos cuántos minutos de que Tadashi estaba curando las heridas de Leo, Miguel y yo lo esperábamos sentados en los dispensadores de gasolina, había un silencio muy incómodo, quería hablarle un poco a Miguel para que no se sintiera tan mal. Bueno, no falló con intentarlo.

-¿Estás bien, Miguel?.

-Si, sólo que, no pensé en encontrarlo en esas condiciones.

-De eso, no te preocupes, Tadashi lo dejará como nuevo.

-Jeje, gracias Hiro.- me miró ya con una mirada mucho más tranquila, eso me hacía sentir de la misma forma.

-¿Con él ibas a visitarlo? Antes..de...bueno ya sabes.

-Si, Leo es mi mejor amigo de la infancia, hace un par de años había decidido vivir en San Fransokyo para expandir el negocio familiar. Mi hermano Héctor y mi primo Marco lo siguieron ya que ellos le ayudaban en mi pueblo. Así qué hace unos meses, me invitaron a vivir con ellos y pudiera entrar a la universidad. Pero estas cosas llegaron y bueno...aquí estamos.- desvío su mirada al cielo.

- Woow, ya veo...bueno al menos ya pudimos encontrar a uno de tus seres queridos.- bajé mi mirada, pues al menos él seguía teniendo una familia.

-Hiro...¿Estás bien?- me miró algo preocupado, al parecer se dio cuenta de que me había puesto algo triste.

-Ah si, tranquilo sólo pensé unas cosas.-le di una sonrisa, el cuál obtuve una sonrisa algo sonrojada, mis latidos se habían acelerado un poco. De pronto la puerta del auto se abrió, y mi hermano bajo, y sacó algunas cosas que utilizó como gasas o vendas que se ensuciaron.

-Listo, ya esta mejor. Sólo fueron algunos golpes por su cuerpo pero no son graves, aunque tal vez le golpearon en la cabeza para que quedará inconsciente. Por ahora, debe descansar, igual nosotros.

-Gracias hermano.- en eso vi que alguien pasó veloz a mi lado, y vi como un abrazo se formó entre Tadashi y Miguel, un leve sonrojo en sus mejillas se podían percibir en su piel morena. Algo de mí hizo sentirme molesto, ¿Porqué tuve que reaccionar así?, debo calmarme no dejaré que mis ideas me hagan una historia equivocada.