Tupinambo

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Cada mañana el Tweek se despertaba sintiendo una terrible pesadez sobre de si, esto cada vez era más común en los últimos días, sin mencionar que el hilo azul de su dedo se tornaba color negro, pero estando junto a Kenny, este volvía a su color habitual, además de sus malestares, pero por más que quisiera, estar siempre junto a Kenny era imposible.

El rubio despertó de su sueño sintiendo cálido en uno de sus costados, y como no estarlo si Kenny estaba a un lado, agradeció tanto el poder despertar por una vez en su vida sin que algo le doliera y le provocara molestar.

- Ken, levántate, anda debemos hacer de desayunar.

El mayor solo se retorcía en su lugar, mientras se estiraba en un intento de despertar, tomo a quien estaba a su lado y lo tomo entre sus brazos acercándolo a su pecho.

- Ohhh mi dulce ángel, así que por fin caíste por mí.

Tweek trataba de liberarse del agarre mientras se quejaba.

- Deja de jugar tonto, levántate.

Cosa que fue ignorada, ya que ahora su rostro estaba siendo besado por Kenny que, aunque sabía que esto molestaba a Tweek lo hacía por mero placer de ver su rostro sonrojado y molesto.

- Valla no sabía que se llevaran así.

Tweek salto asustado poniéndose de pie mientras Kevin reía por lo bajo.

- Eres molesto hermano, ¿lo sabias?

Como casi siempre últimamente el rubio miraba despectivamente a su hermano mayor, cosa que hacia molestar a Tweek, sobre todo porque Kevin siempre había sido un soporte para sus hermanos, ayudándoles hasta en lo más mínimo.

- ¡¡Kevin!!

Dijo de manera eufórica el rubio mientras se adhería a el castaño, Tweek solo se permitía ser así con él, con nadie más, para él, era una persona especial que merecía ver todas sus facetas.

- Eso es muy cruel de tu parte Tweek, a mí me alejas, pero él.

Ambos rubios se miraron, Tweek quería a Kenny tanto como a Karen, pero Kevin era algo más, como una luz que se cruzó en su camino, además que era el único con el que podía hablar libremente.

- Chicos el desayuno está listo.

Escucharon decir a una voz de mujer, dicha persona es la progenitora de Tweek, el cual sintió un fuerte dolor en el pecho y una terrible angustia, como si presintiera que algo no iba a salir nada bien.

Trato de ignorarlo como si fuese posible, se sentó a comer, pero por alguna razón su mente viajaba lejos de ahí, trataba de entender que sucedía y parecía que no habría respuesta a algo que ni siquiera el entendía.

Claro no hasta que recibió un mensaje de texto.

De: Número desconocido

11:45 am

En 20 minutos nos vemos en la casa abandonada, muévete.

Hacía tiempo no veía a Trent lo cual le pareció una agradable sorpresa, recordaba que a pesar de todo lo que se decía de él, había sido el único que le había tendido la mano, por mucho que Kenny le dijese de lo malo que era ser el incondicional de una persona así, Tweek, haría todo por proteger a un amigo así fuese hacer algo ilegal y de eso podía estar seguro.

Sin siquiera avisar tomo su sudadera negra y se dirigió a la puerta para irse.

- Iras a verlo, ¿cierto?

Sabor AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora