Parte 7 2/2: El Mercader

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Ya de día

"Vengan todos! La Bóveda está abierta!" El dragón verde gritaba en la gran plaza de Warfang. Atrás de él estaba una gran tienda "Reliquias, artefactos, y otras cosas más provenientes de una tierra lejana! "

La gente se acercaba para ver que traía el comerciante, obviamente para ver si había algo de interés para ellos. Topos, algunos guepardos y las pocas decenas de dragones que quedaban, se acercaban al mercader.

"En fila! No se adelanten"

En el templo

Ashes despertaba luego de su primer día de estancia en el templo dragón de Warfang. Él había caído cansado apenas dejó su cuerpo caer en su cómoda cama.

"Ya es de día...?" Se preguntó al momento que los rayos del sol, que entraban por el pequeño balcón de su habitación, golpearon sus ojos

El dragón se levantó de su cama, limpió su rostro con sus manos y caminó hasta la puerta. Cuando salió y dio unos pasos por un extenso pasillo, su estomagó sonó, y él no sabía dónde encontrar comida.

"Habrá un lugar donde pueda conseguir algo?"

Siguió su camino por el extenso pasillo en busca de un lugar que tenga comida.

Él no sabía como era la estructura del templo, lo único que él conocía era como llegar a la sala de entrenamiento y a su habitación.

"Creo que debería preguntarle a Cynder..." Pensó

Minutos y minutos de largo camino, pero no encontró nada. El hambre aumentaba, pero no había señales de al menos un comedor. Todo era un laberinto para Ashes.

Una puerta abierta es lo que vio luego de una gran caminata, y un pergamino tirado estaba justo ahí.

"Que es esto?" La curiosidad le ganó y agarró recogió el pergamino

El pergamino estaba medio abierto, y dejó ver parte de lo escrito.

"E... sel... ma.d.. o?"

La lectura no era un problema para Ashes (Tal vez sí, un poco), el problema era que al ser un pergamino de más de seiscientos años, obviamente algunas letras se perdieron.

Los guardianes no pudieron descifrar ni con el vasto conocimiento que yace en la gran ciudad dragón, pero Ashes era el único que podía leer aquel dialecto extraño para los dragones.

"Creo que no debería leer esto, quizás deba entrárselo a uno de esos 'guardianes'"

Con Spyro y Cynder

"Que sucede? Te noto muy pensativa" Dijo Spyro mirando a su amiga mientras caminaban

Cynder suspiró "No es nada..."

"Bueno, entenderé si es algo personal. Cambiando de tema ¿Quieres ir a ver que trajo el mercader?"

"Mercader?" Preguntó Cynder

"Sí. Antes de que te encontrara, me encontré a Volteer con algunas cosas"

"Que tipo de cosas?"

"Unos frascos de tinta de diferentes colores y otras cosas que no vi bien. Pero conociendo a Volteer, seguramente son artefactos históricos." Respondió, y sacó de su prenda superior una pequeña bolsa "Volteer me dio unas cuantas monedas para nosotros. ¿Vamos?"

"Claro" Asintió Cynder. Ella iba a dar un grito de alegría de poder pasar un buen día junto a Spyro, pero terminó conteniéndose. "Desde cuando los guardianes tienen dinero?"

El camino del gris- La leyenda de SpyroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora