Otra chica en mi vida.

408 4 0
                                    

Los amigos/as se vuelven personas especiales en nuestra vida, en el mundo de hoy, donde vivimos muy conectados con la tecnología todo esto cambia porque podemos vivir informándoles a cerca de nuestra vida cotidiana a nuestros amigos actuales o pasados. No es lo mismo que tener una relación personal con aquella persona. Pamela era muy emocional y todo lo malo o bueno que le pasaba en la vida siempre lo postea, muchos comentarios de aliento pero no es lo mismo cuando esa persona te abraza y te hace sentir mejor con tan solo su presencia. A medida que voy creciendo me estoy dando cuenta cuanto valoró una amistad sincera, a cada una de las personas con quienes hablo, suelo divertirles y trato de ser una mejor versión, estás amistades nos permiten ser como realmente somos, sin envidia e hipocresía. Tengo solo 4 amigos en este país, Pamela siempre ha sido muy sincera conmigo y yo siempre con ella. Se viene un cambio muy fuerte para ella y debe contar con sus amigos/as. Le llámanos a Karla y no tardó mucho en recogernos en su auto nuevo. Nos subimos y nos fuimos al cine, tratamos de motivar a Pamela para que pueda olvidar por unos instantes su presente y creo que lo estamos logrando. No dejaba de sonreír y decirnos que nos quería mucho, me llenaba mucho de alegría verla sonreír y nos agradeció cada palabra y cada acción.

No podemos dejar que se encuentren todos sus miedos y puede sentirse humillada, una angustia provocada por el miedo al rechazo generaliza una aniquilación de nuestro ego. Tiene mucho miedo a la crítica de otras mujeres y lo que otros hombres pensarán de ella. Además, todo se vuelve más difícil cuando llegue la hora de contarles a sus padres del gran error que cometió. El chico con quien tuvo relaciones simplemente le dijo que no quería saber nada y no era su problema. Me dio tanto coraje cuando nos contó lo que le dijo, toda esa falta de respeto a una mujer que era virgen y un completo imbécil que no merecía ser esa persona especial en su vida.

Al final del día, nos quedamos unos minutos afuera de su casa y Karla me llevo a la mía. 

—¿Quieres ir al cine conmigo? —preguntó Karla—. ¿Cómo te sientes viviendo aquí? He visto que hablas muy bien el inglés pero si quieres podemos hablar Español, me gusta mucho practicarlo y en mi casa siempre lo hablamos para no perder nuestra esencia latina.

—Hmmm, ¿cuando te gustaría ir? —añadí y abrí la puerta del auto—. Si quieres el próximo viernes podemos ir a ver la nueva película de terror que están anunciando en la televisión. Ese día es mi primer cheque y yo te puedo invitar a comer y luego vamos al cine.

Karla era una chica muy bonita y no fue difícil negarme, es más, después de como trato a su mejor amiga me empezó a nacer un cariño especial por ella, no tiene nada de malo salir para divertirnos un poco. Con todo esto, me olvidé un poco de mi y también necesito distraerme y olvidarme de todos los problemas que tengo en mi casa.

Abrí la puerta de mi casa lentamente, y mi padre estaba sentado llenando unos papeles. Me observó por unos segundos y únicamente agacho la cabeza. Subí las escaleras muy lento, la puerta de la habitación de mi madre estaba abierta y ella sentada como si estuviera esperando algo o alguien.

—¿A dónde te fuiste toda la tarde? —preguntó mi madre sin soltar su bolsa—. Necesito que mañana no salgas a ningún lado, voy a trabajar y llegaré un poco tarde. Tu padre está cambiando toda la información de los pagos que debemos hacer, tiene pensando irse, quiere vivir en otra parte y necesito tener todo a mi nombre, todo lo relacionado con los pagos de la casa y el auto nuevo.

—¿Qué paso mamá? —le insistí con muchas dudas en mi cabeza—.

  —Vete a dormir Edgar, mañana será un día muy difícil para los dos —ordenó mi madre—. En estas semanas iremos a tramitar tu permiso de manejo, necesitas ya tener ciertas responsabilidades en la casa.

Y así fue, el día empezó muy mal para nosotros dos. Mi padre nos dejo una carta y un número donde se le puede localizar. Nos dejó las llaves, el auto nuevo que compro, mi madre no estaba en casa, solo un papel sobre la mesa...

—Edgar, voy a llegar tarde, aquí hay dinero para que compres algo de comer, no llegues tarde por favor. —me escribió mi madre en un papelito—. Estaba leyendo y de pronto sonó el teléfono de la casa.

Contesté y era mi padre...​​ 

—Edgar soy yo, lamento todo lo que está pasando, ¿ya desayunaste? —preguntó—. Las cosas no están muy bien con tu mamá, necesitamos tiempo. Cuídala mucho, ya tienen el número de mi apartamento. Aquí estaré si algo necesitas, me tengo que ir. Pronto te vuelvo a llamar. Te quiero aunque no lo sé demostrar muy bien.

Después de escuchar sus palabras, me quede callado y colgué el teléfono. Ya no insistió en llamar, sabía que me encontraba enojado. 

Siempre que regresó a casa después de trabajar, me pongo a jugar vídeo juegos, y hoy no lo pude hacer como otros días. No tenía ganas de hacer nada. A veces Gismo se levanta y me hace compañía acostado en mis piernas y se vuelve a dormir. A mi no me importa vivir en soledad pero es difícil entender que ya no soy un niño y llegó el punto de volverme un hombre. Hay veces que mi habitación está patas arribá y cuando empiezo a limpiar espero que mi gato se pueda levantar y ayudarme. Algo cómico, mi imaginación me ayuda a pensar mucho mejor para no tener recuerdos un poco desagradables, no me quiero deprimir ni sentirme triste. Supongo que nuestro cambio de actitud debe venir por ambas partes, mi madre y yo debemos unirnos más que nunca y lograr salir adelante juntos, me siento como si viviera en una segunda adolescencia cuando viene Raúl a visitarme yo tengo que hacerle todo y limpiar lo que ensucia cuando comemos juntos. 

En fin, aquí estoy terminando mis deberes y desahogándome con ustedes. A muchos de nosotros nos ha tocado la lucha por igual, somos jóvenes, algunos de ustedes solteros/as. Otras personas en la fase adulta con familia pueden recordar su juventud mientras juegan con sus hijos/as, desde tu casa me puedes leer, desde tu lugar favorito me puedes entender, desde mi cuarto te escribo y te puedo decir algo muy cierto, cuando termina una fase ya está entrando otra, vive el momento sin duda existen días buenos y noches largas. En una nueva aventura no se puede correr sin antes colocar bien los pies en la tierra. Jamás pensé que este día llegaría. Ni modo, al mal tiempo buena cara, linda sonrisa y cuerpo contento.

Me enamoré del rojo neón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora