DULCES VACAIONES

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CAPITULO 56

Después de 22 horas de viaje estábamos sobre el territorio ecuatoriano, al arribar fuimos al hotel para descansar y acoplarnos al nuevo horario.

Junto con el sol la sonrisa de mi amado resplandeció al despertar, él estaba acostado a mi lado, con su grave y ronca voz me saludó mientras besaba mi frente.

- Hola cariño. ¿descansaste?

- Tuve un lindo sueño en el que me besabas al despertar.

- Te besaré después, ahora luces terrible tienes saliva ahí. mencionó señalando la comisura de mi boca.

Mi cara debió ser todo un poema para él, pues rompió en risa; esa risa estruendosamente adorable que solo él posee, lo miré de mala gana y me levanté dispuesta a ir por un baño, pero Minho se paró al instante me envolvió en sus brazos y me beso la frente, las mejillas y finalmente llegó a mis labios.

- No deberías besarme ahora, luzco terrible.

- Bueno es algo con lo que tengo que aprender a vivir. Explico con una expresión divertida.

- ¡suficiente! No quiero escuchar más. Me solté para dirigirme al baño.

- Eliza. Me llamó. Luces preciosa. Dijo con una sonrisa amable.

Entré al baño y lo primero que hice fue mirarme al espejo; definitivamente lo de la saliva era mentira, pero en su lugar había un bigote, una sola ceja y un par de rayas más. El maduro Choi Minho no es más que un niño travieso que confunde el rostro de las más pacíficas personas con un cuaderno para colorear.

- CHOI MINHOOOO. Grité en tono de regaño desde el baño.

- La persona que usted busca salió a comprar regresará dentro de media hora. Contestó desde el otro extremo de la habitación.

Me devolví al baño y me acerqué hasta la regadera, sorprendentemente la bañera estaba lista con agua tibia y burbujas. Tomé un largo baño con música y encendí un par de velas. Después del placentero ritual de aseo salí a buscar algo de ropa, pero un niño travieso ya las había elegido por mí.

Un ligero vestido azul noche con apliques brillantes junto con unas zapatillas plateadas y una nota al lado "para la princesa de mis sueños" me vestí pronto y peiné mi cabello en una coleta alta, coloqué algo de maquillaje. Como si estuviéramos sincronizados la puerta se abrió dejando a la vista un gran ramo de rosas blancas y una sonrisa traviesa detrás de ellas.

- ¿Cómo puedes estar más hermosa cada vez que te veo?

- Supongo que la belleza es contagiosa. Reí y me acerqué a besar su mejilla.

La cena fue particularmente perfecta, la música suave hacía armonía con las olas del mar y las luces parecían haber cedido para que las estrellas tomaran protagonismo...

No importa cuánto tiempo pase sigo pensando que coincidir en el mismo mundo, en el mismo tiempo y enamorarnos fue el más grande milagro que podré presenciar en mi vida entera.

- ¿en qué piensas? Preguntó Minho.

- En ti, solo puedo pensar en ti...

La velada terminó en un poco más de besos y caricias, en resumen podría decir que no hay rincón en la piel de mi amado que no conozca, he contado cada uno de sus lunares y besado cada centímetro de su piel.

Pasaron un par de días y habíamos visitado todo el Archipiélago de Galápagos...Minho se había encariñado con un par de aves, tanto que tuvimos que comprar una nueva tarjeta de memoria para su cámara.

MI PRIMER Y ÚLTIMO AMOR (CHOI MINHO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora