Luna nueva

1 1 0
                                    

-Ahora toca la prueba.

No le escuchaba. Estaba pendiente del cielo. La horrible imagen del sol yéndose. No me encontraba bien. Tenía que encerrarme. Tenía que salvar a Bruno.

-Largate -mi voz era aspera y entrecortada.

-Gracias, te ayudo con los deberes y ¿así me lo pagas?

No entendía el problema, no sabía que hacer, sí no se lagraba estaría perdido.

-Por favor, marchate -dije entre lágrimas. Era una situación que me superaba, era demasiado.

-Camila, me estas asustando. ¿Que te pasa?

El último rayo de sol. Mis ojos se volvieron de un rojo intenso, mis colmillos se afilaron como cuchillos, mis alas se volvieron negras como el carbón. Sólo me faltaban la cola y los cuernos...

-¡Largate! -mi voz era doblada y no era una sugerencia.

Echó a correr en medio del bosque. Sabía que no iría lejos y lo atraparía. Volé ferozmente hacia él y lo derribé, hiciéndole  un pequeño corte en la mejilla derecha. Sentía su miedo y el olor de su sangre era tan dulce que la quería entera.

Sus ojos se encontraron con los míos. Estaba a punto de acabar con él, pero hubo algo que me paró. Su calor, su inocencia, su olor. En general, él.

-Camila, por favor, escuchame. -su voz era muy tranquilizadora. -No se lo que eres pero no eres tú. Sólo tú escoges quiere quieres ser realmente.

Solté un gruñido y le enseñé los colmillos.

-Tranquila, yo estoy contigo.

-Yo estoy sola, no tengo a nadie. Soy un monstruo. ¿No lo ves?

-Sólo sí decides serlo.

Le lancé un grito, di media vuelta, y fui a cazar algún ciervo, dejándolo sólo en el bosque.

No entendía quién era ese chico pero no tenía miedo de hablarme y encima estaba a mi lado.

La sombra de un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora