LANA

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-... ¿En verdad está ocupado? –Preguntó Jaehwan algo impaciente, mirando a LuHan con atención.

-Sigue ocupado, Jaehwan. –Respondió en automático, sin dejar sus pendientes de lado.

-Ya pasaron cuarenta y nueve minutos. –Pero el contrario no dijo nada al respecto, solo lo siguió ignorando. -... ¿Sabes al menos con quién está al teléfono?

-Puedo avisarle a Kyungsoo cuando Minho esté disponible.

-Pero necesito... Es... Es algo familiar.

-Mh. En veintiún minutos debe salir de su oficina a una reunión externa.

-¿O sea que he esperado por nada?

-Has decidido quedarte aquí a esperarlo. Eso es solo tu culpa.

-... ¿Puedes pedirle que me llame cuando tenga tiempo? –Se levantó del sofá, sintiendo parte de sus piernas adormecidas por haber permanecido casi una hora inmóvil, tratando de no molestarse con el asistente de su padre.

-Seguro. –LuHan miró por el rabillo del ojo el marchar de Jaehwan, y cuando en verdad lo sintió prudente, ingresó a la oficina de Minho, quien recién había colgado la llamada telefónica. –Te ves terrible.

-¿Cómo carajo debo verme, Lu? –Masculló irritado. –Tienen mis putas huellas registradas y mi comando de voz, ¿qué clase de porquería se está tramando Dongwook ahora con su pedazo de mierda al que llama "hijo"? –Frunció el entrecejo y se contuvo de estrellar el móvil contra la pared, retorciendo la lengua dentro de su boca en señal de necesitar urgente un cigarro o un trago.

-Lo desconozco. Pero, hablando de hijos, vino Jaehwan, quiere hablar contigo de algo familiar.

-Jaehwan no viene al caso en este momento. –Se acomodó el saco y buscó las llaves de su auto, todo, portando una rabieta incontrolable. –Estaré ocupado con Minseok, y no quiero que intentes contactarme a menos que sea algo de verdadera jodida importancia, ¿te queda claro?

-Sí. –Murmuró, procurando no dejarse llevar por la densa actitud de su jefe.

-¿Dónde está Han?

-Sigue en la oficina de Dongwook.

-¡Ese crío!... Cada que viene se la pasa... Maldita mierda.

-Si me permites, Minho. –Aclaró, acercándose un poco al sujeto para acomodarle la corbata, hablando bajo para con él. –Confiemos en que está haciendo su trabajo, y que si se ha apegado a tu hermano es por algo.

-Me caga que no me informe sobre las idioteces que se trama.

-Creí que no te importaba qué fuera a hacer, con tal de lograr tu cometido. –Dijo en un susurro firme, mirándolo a los ojos, terminando de acomodar el almidonado cuello de su camiseta de vestir. –Deja de ser tan colérico y enfócate en tus trabajadores de confianza.

-Tampoco es a que me fie de Sanghyuk, la ha cagado en grande.

-¿En verdad le tienes miedo a un sistema sofisticado de seguridad? –Y a pesar de preguntarlo con la intención de burla, había algo de sorpresa en sus palabras.

-Es precaución, solamente.

-Como digas. –Sonrió de medio lado, apartándose algunos pasos del mayor.

-Agéndame una cita con Sanghyuk después de que toda esta tontería de la beneficencia pase, luego, tres fechas más, todas continuas. Busca un evento, una caridad, lo que sea, solo ocupo tres fechas posteriores más.

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