*Pueden elegir el nombre de pila que ustedes deseen*
____ Russo lleva una vida muy difícil. Siempre fue víctima de bullying y bromas pesadas. Su padre, Emanuel Russo toma la compleja decisión de transladarse a Estados Unidos para darle una vida mejo...
-____,¿ya estás lista?-pregunta papá desde fuera de mi habitación-.
-Si, ya salgo.
Termino unos retoques con mi rimel y salgo.
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Me dirijo al comedor.Allí se encuentran mamá y papá.Ambos se quedaron mirándome atónitos.
-¿Qué? ¿Estoy fea?-pregunto mirando mi ropa-.
-No, de echo todo lo contrario-dice mamá-.
-¿No crees que llevas poca tela?-dice papá con mala cara-.
-Mmm-digo mirándome lo que llevo puesto-no, creo que no.
-Emanuel no te pongas intenso.Esta hermosa tu hija-dice mamá-.
-Gracias mami-sonrío-.
-Es verdad lo que dice tu madre, pero es que no quiero que te miren mucho-dice papá excusándose-.
-Tranquilo, dudo que lo hagan.
-____,¿otra vez?-me mira mamá con decepción-.
-Es un chiste-le digo para que se tranquilice-.
Aunque es cierto lo que digo, no creo que nadie me mire.
-Bueno,¿vamos?-finaliza papá-.
-Sí.
Le doy un beso a mamá y salimos de la casa.
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-¡____!-pega un saltito Lauren al verme entrar en el restaurante-.
-¡Hola!-digo con alegría,abrazándola!-.
-Que linda estas-dice mirándome de arriba para abajo-.
-No es para tanto-le sonrío-.
-No seas modesta, estas muy coqueta hoy-hace un movimiento sugerente con las cejas-.
-Jajaja, Lau basta que me haces sonrojar.
-Ey, enana,¿cómo estás?-saluda Norman atrás de mi-.
-Jaaaa, jaaa, muy gracioso Normando-contesto cortante-.
-Ey, no me llames así.Y vení para acá que no me abrazo solo-tira de mi brazo izquierdo para que lo abrace-.
En el instante que me separo de él me doy cuenta que la mayor parte del equipo esta esperando saludarme.Luego del fortachón paso a saludar a Melissa, posterior a ella los integrantes del equipo de producción, entre ellos Greg y Rosemary.Culminé con Christian.
-¿Cómo estuvo el viaje?-pregunta Nicotero-.
-Excelente, lo disfrute muchísimo.Gracias por dejarme los días libres-digo con una gran sonrisa-.
-No hay de que preciosa-contesta Rose-.
Después de la agradable bienvenida todos nos sentamos a la gran mesa que nos tenían asignada, apartada del restaurante.Hay como unas cien sillas, algunas aún vacías.Yo me siento al lado de Lauren y Danai, en frente de cuatro lugares sin ocupantes.
