Epílogo

53 2 4
                                    

Ya han pasado cuatro meses desde aquel día en que me despedí de Roscoe. Sé que está activo en sus redes sociales pero para ser sincera no quiero ver su Instagram ni Twitter por miedo. "El que busca, encuentra", diría mi madre, y es justamente lo que no quiero. No me interesa lo que esté haciendo de su vida, como a él no le importó contestarme el mensaje que le mandé cuando apenas llegué a este lugar.

¿Qué? ¿Acaso pensé antes de actuar? La respuesta es un rotundo "no". Solamente quería hablar con él, ver si aún se acuerda de mi existencia. Pero no. Claramente estoy equivocada. Seguro debe estar feliz reconstruyendo su relación con Lauren, o quizás solamente trabajando y ocupándose de su futuro, como yo siempre lo pensaba cada vez que estaba con él a escondidas de todo el mundo, y sobre todo de mi padre, para evitar que lo difame. 

Por mi parte, en este tiempo me he dado el lujo de conocer mejor a Brandon. Es un chico super dulce, y me quiere... O al menos eso intenta demostrar. Hasta ahora no peleamos nunca y tenemos buena conexión. 

Él, conjuntamente con otros compañeros, me han ayudado a no pensar en estas cosas que pueden llegar a afectarme o distraerme de mi objetivo principal, que es el estudiar la carrera que he elegido tiempo atrás.

-¿Estás segura de que no te afecta?- interroga mi conciencia, intentando mostrarme el dolor que me provoca recordar a Marquand y el regalo que aún llevo colgado en mi cuello.

Instintivamente llevo una de mis manos hacia aquello, recordando el momento en el que me lo dio. 

No, aún no me lo quito, y no sé porqué. De verdad creo que hasta ahora es lo más feo que me hizo desde que peleamos cuando le tiré la bandeja de café uno de los primeros días de trabajo, y hasta ese momento lo recuerdo con un poco de gracia y nostalgia. Realmente estaba enojado conmigo. 

Me gustaba verlo enojado en cierto punto. Era gracioso. 

-¡____!-llama Brandon.

-¿Qué?-digo sobresaltada. 

-¿Estás acá? Te noto distraída.

-Perdón, estaba pensando en una tontería- miento.

Termino de colocarme el pantalón de pijama a toda velocidad y luego de eso me meto al baño de mi habitación para lavarme la cara y los dientes antes de dormir. 

Brandon se queda conmigo esta noche. Las chicas, por otro lado, salieron. Les tocaba divertirse este sábado.  

 -¿Segura? ¿Te pasa algo? ¿Querés contarme?- insiste el muchacho, volviendo a la charla principal.

¿Contarte? ¿Contarte que estoy pensando en un hombre que te dobla en edad? Mmm... yo creo que no.

 -No es nada, amor. No te preocupes- digo para tranquilizarlo y cambiar de tema rápidamente.

 En ese instante, mientras que el chico se subía a mi cama, sonó mi teléfono celular. No le di importancia, seguro eran algunas de las chicas o un compañero pidiéndome la tarea para el lunes. Más tarde contestaré. 

Terminé de hacer todo mi aseo personal y volví a dirigirme  hacia mi cuarto con calma para darle comienzo a mi sueño nocturno.

En cuanto alzo la mirada, una vez dentro de mi cuarto, observo a mi pareja sentado en la cama con el rostro totalmente serio, analizando el móvil con funda negra. Mí móvil, para ser exacta. 

-¿Qué es esto, ____?- dice enojado, dándo vuelta el dispositivo, dejándo ver su contenido a través de la pantalla brillante.

En ese instante siento un frío por todo el cuerpo.

Mierda... No puede ser.

La hija del productor (Ross Marquand)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora