- Venga Marcus, no creerias que Jenna Montgomery, ha amado a alguien de verdad. ¿No?
- Por favor, Jenna suéltame. Yo no te hize nada, crei en ti.
- Y ese fue tu primer error, amigo.
Un ruido ensordecedor, llegó hasta mis tímpanos.
- Adiós, Marcus.
Ya no volveria a ver más a Marcus haciendo el payaso, y diciendome tonterías que en cierto modo, me daban exactamente igual. Es más, creo que estaba harta de hacer que le quería, era algo pesado.
Si, asi soy yo. Jenna Montgomery, una chica que no siente remordimientos, y nunca ha amado a nadie, ni lo hará. No entiendo a las chicas que se enamoran, y se creen que todo es de color rosa. ¡Chicas, noticia: EL AMOR NO EXISTE! Es la tontería más grande que os podríais creer.
Saqué el móvil, marcando el número de Lilly, mi super poderosa jefa. Notesé la ironía.
- Ya tengo listo a Marcus. Ya no nos dará más problemas. Parece ser, que su banda por fin se retiro. No corremos nada de peligro..
- Muy bien Jenna. Como siempre, tu trabajo ha sido verdaderamente eficaz. Me alegro de tenerte trabajando con nosotros- sonreí- ¿Dondé estas?
- Calle The Garden of the floor número siete. El segundo B.
- Perfecto, enviare hay a Niki que lo recoga. Tienes que venir, necesito hablar contigo en persona.
Acto seguido, colgó. Dejé a Marcus como estaba, y me fui a hablar con Lilly. ¡Mierda, tengo la camiseta manchada! Menudo cerdo, quería que nos acostaramos a lo “romántico” No vomite, de milagro. Cuando me tiró a la cama, sus manos estaban manchadas de grasa, y al apoyarlas en mis pechos, me ensució la camiseta. Menos mal, que Marcus se fué. La humanidad se extingiria con gente como él.
Me quité la camiseta, y los pantalones en el mismo coche, y me puse un vestido negro, ajustado. Conducí rápida y feroz. Usualmente, no conduzco asi. Pero me sentía con ansias de mi nueva misión. ¿Quién sería el afortunado de besarme? Aunque, por supuesto se pagaba un alto precio, la muerte.
Todavía recuerdo algo a ese tipo.. em... ¡ah si! ¡Ryan! Ryan era hijo de un gran empresario con mucho dinero, pero su madre habia traicionado a la mafia delantandonos, a la policía, y tenia que tener un castigo por eso, y hay entre yo.
Me encariñe algo de él, no estoy diciendo que le queria ni que me gustaba ni nada de eso, no, es simplemente que me caia bien. Pero, como era de esperar, no me lo pensé dos veces cuando apreté el gatillo, fundiendole una bala entre ceja y ceja. Puede, que fuera el única de todos al que hecharía de menos de verdad. Era parecido a mi, astuto, leal.. Bueno,no tan astuto ya que el tonto se enamoro de mí.
Primera regla: No te fíes de nadie, y menos si es Jenna Montgomery.
Llegé al despacho de Lilly, y la encontré buscando unos papeles en su desordenada mesa. Se notaba que Alissa, su secretaria, estaba de vacaciones.
- Pasa, Jenna. Siento el desorden, desde que Alissa se fue de vacaciones, ya sabes..
- Ajám- fue mi única respuesta.
- Bueno, tu nuevo chico es Nick Steven. Es el hijo del jefe del gran clan que nos amenaza. Es moreno, con ojos azules, igual que tú. Pero cuidado, este no es como los otros. Es algo mujeriego, asi que ve poco a poco, no vayas rápido, tómate el tiempo que necesites. Que sepas que de verdad te quiere, que no eres una chica más, porque si no. Adiós.
- Entendido. Mujeriego. ¿Hay algo más que deba saber de importancia?
- Una cosa más, el chico es muy listo y astuto. Cuidado que no descubra quién eres.
- ¿Me subestimas?- le interrumpí algo molesta.
- No es eso, Jenna. Solo que seas más astuta de lo que eres. Este chico no es como los otros. Entrena todos los días de seis a las ocho de la tarde. Normalmente, va la biblioteca de cuatro a cinco y media. Vive en el apartamento de los stamporfs, aunque pasa poco tiempo allí. Normalmente, por la mañana esta en la universidad y por las noches en un bar cercano a su casa; the wistle. Por favor, necesito que seas muy astuta.
- Mira Lilly, si no confias en mí, diselo a otra persona que se encarge del chico.
- Jenna, te he eligido porque este chico es verdaderamente difícil. Tanto, que envie a otra chica y nada. Tu eres la mejor de aquí, y lo sabes. Confiamos en ti. Por cierto, ahora te llamas Becka, Becka Preston.
- Vale.
- No hablaremos hasta que hayas terminado tu trabajo, y si va para mucho te llamaré dentro de dos meses a un teléfono especial-me entrego el “nuevo teléfono”- Buena suerte, Becka.
Sin decir nada más, salí de su despacho. Ningún chico podía resistirse a mí, que poca falta de consideración. Soy bastante guapa, alta y con un cuerpazo. Una morena, con unos ojos azules penetrantes. ¿Que más querían? No me llevaría tanto tiempo, engatusar a ese chico. Soy Jenna Montgomery, ningún chico se me resiste.