Me desperté en la cama, al lado de Nick. Estaba profundamente dormido, se veia hermoso cuando dormia. Cogí el móvil, dos mensajes.
¿Pensaste en lo que hablamos ayer?
De: Caitlin(:
Claro que lo pensé, pero no lo tengo seguro.
¡Constestame Jenna Montgomery!
De: Caitlin(:
¿Qué quería que le contestara? Si ni yo misma sabia, ¿lo quiero, o no lo quiero? Esto es totalmente absurdo, yo no creo en el amor.
No sé si lo quiero. Yo no creo en el amor. Ahg, es una frustación todo esto.
De: J**
Sin hacer apenas ruido, me intenté levantar de la cama, pero él me agarró de la cintura y me susurró al oído: No deberia, pero te quiero.
Me giré bruscamente, él seguia dormido. Lo habia dicho en sueños. Lo siento Nick, pero yo no soy lo que piensas, no soy Becka, soy Jenna.
El móvil vibró, avisando del nuevo mensaje que llegaba
Eso es porque nunca lo has sentido. Dime, ¿serías capaz de hacer como a los otros, ponerle una pistola en la cabeza y disparar? No te mientas a ti misma, sabes que no.
De: Caitlin(:
Le iba a responder un si, pero ¿era verdaderamente cierto? ¿Me estaba mintiendo a mi misma?
No le respondí, porque no sabia la respuesta. ¿Le haria como Marcus, Mathew...? No voy a fingir, que todo esto no me da miedo, me da un miedo imcomprensible. Pero no se el porque. Puede que sea que le tenga miedo a quererle. O amar. O estropearlo todo.
Me importa, me importa como hacia tiempo no me importaba nadie.
En otras cincurstancias, le habria amado, pero en estas no lo tengo nada claro. Entre todos, tenía que ser él.
He cambiado, me lo noto. Su presencia me reconforta, me tranquiliza.
- Ójala pudiera quererte- le susurré.
Él abrió lentamente los ojos, temí que por un momento me hubiera escuchado. Pero no lo hizo, me dió un beso en la frente, y me cogió de la cintura, poniendome encima de él. Empezamos a darnos besitos. Y todo se descontroló.
Lo que empezó como un beso tierno, termino como uno lleno de pasión. Yo lo necesitaba, él lo quería. ¿Por qué no? Bajo hasta mi cuello, haciendo que soltara un pequeño gemido. Me apegó más a él, haciendo que no hubiera ningún hueco entre nosotros. Le quité la camiseta, mientras tocaba su abdomen bien formido, y él me tocaba los pechos. Me quitó la camiseta, poco a poco...
Lo repetimos ¿dos, tres..? No sé, solo sé que no eran como los otros. Sí, él era especial. Con otros, solo fingía, y fingía hasta que me cansaba, con él no. Era especial, tierno... No tenia palabras. Quería más, no me cansaba de él.
Estábamos tumbados, con la sábana recubriendonos nuestros cuerpos desnudos, mientras él me acariciaba el pelo. No habría roto este momento por nada, ni nadie.
Pero el teléfono, tuvó que importunar. Era Mariam.
- ¡Jenna!
- Em.. soy Becka- le dije interrumpiendola.
- Mira, me importa una mierda. Caitlin esta en el hospital, ha tenido un accidente. Y ha dicho que quería verte- dijo con voz monótoma.
- ¡Voy!