Capitulo 2 [Jaemin]

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Había llegado no hacía mas de diez días a esta escuela, y aun no tenía ningún amigo. De hecho, no conocía a nadie. Mi vida se pasaba entre los libros y las clases de matemáticas, que eran mis favoritas. Estaba un poco harto de las molestias constantes e mis compañeros, pero ya no importaba. Acá en esta nueva escuela, a nadie parecía importarle, por lo que estaba más tranquilo.

Había salido al patio, como todos los días. En mis manos se encontraba la edición de Romeo y Julieta, esperando que nadie me interrumpiera, me senté en una banca a leer.

Estaba tan ensimismado, que no me percaté cuando alguien hizo sombra frente a mí, sino que hasta que me dirigió la palabra:

-¿Cariño, que es lo que lees?- Escuché que alguien dijo.

Me sobresalto y se me cae el libro de las manos. Levanté un poco la vista y me encontré con unas largas piernas. A medida que subía la mirada sentí como me iba quedando sin aire, me encontré con una falta mínima, luego una cintura deliciosa, y me quedé pegado en la suave curva de los senos, hasta que lentamente subí y vi esos labios rojos...sentí que mi entrepierna se endurecía al momento, solo de ver esa cara preciosa que me miraba como si quisiera devorarme. Sentí como el rubor subía a mi rostro.

Entonces, ella se agachó a recoger mi libro. Cuando subió, sus pechos casi quedaron pegados a mi cara y pensé que iba a tener un orgasmo allí mismo... Nunca había conocido, en toda mi existencia una chica como ella. Ese cabello marrón, cayendo en ondas, y ojos café, mascados de lujuria...y esa boca, podría ser mi total perdición. Pero estaba seguro de que esto no era más que una ilusión o un mal sueño: una chica así jamás se acercaría a mí.

Creo que tenía mi boca abierta de puro asombro. De pronto, ella me volvió a hablar.

-Amor, se te cayó esto... – Diablos, sus palabras calaron hondo en mi- ¿me dirás que es lo que lees?

-Yo...Yo- "¡Jaemin, Cálmate!" – Leo Shakespeare – intento decir sin que se me trabe la lengua

-¿Shakespeare? – dijo ella levantando una de sus cejas. ¿Es que acaso esta mujer no tenía defectos?

No quería decir que era Romeo y Julieta o me creería un estúpido. Alzo mi vista con algo de temor, tratando de dilucidar a que venían sus preguntas tan repentinas.

Veo como sonríe y se siena a mi lado, ¿En realidad no estoy soñando? Una chica así de hermosa, sentándose a mi lado.

Debe ser una broma, ¿Dónde están las cámaras?

Entonces, fue que siento su pequeña mano en mi muslo. Suelto una pesada respiración. Su tacto hizo un cosquilleo por toda mi espalda. ¡Me está tocando!, ¡Ese hermoso ángel, caído del cielo, me estaba mirando, me habla y me sonreía y me tocaba a mí! En realidad esto tenía que ser un sueño, pero no quería despertar....

-¿Y me leerías algo de eso...para ver de qué se trata?

Ay Dios, quiere que le lea algo... por favor, algo lindo, algo que le demuestre lo que siento en estos momentos... hojeo el libro tratando de buscar un pasaje hermoso y lo encuentro. Le doy lectura sin mirarla, o podría trabarse mi lengua...

"¡Habla! -¡Oh! ¡Prosigue hablando, ángel resplandeciente! Pues al alzar, para verte, la mirada, tan radiante me apareces, como un celeste y alado mensajero a la atónita vista de los mortales, que, con ojos elevados al Cielo, se inclinan hacia atrás para contemplarte, cuando a trechos franquea el curso de las perezosas nubes y boga en el seno del ambiente..."

¿No habrá sido muy cursi?

Esperé y no escuchaba respuesta alguna. Incómodo, así es como me siento, pero la miro. Veo que suelta un suspiro. Por lo menos había sido capaz de rozarla con esas palabras. Se siente bien. Suelto una pequeña risa pero ella... Maldición, ella sube su mano un poco más, y creí por un segundo que iba a salir disparado o me iba a dar un ataque cardiaco...casi me toca...ahí, y siento que muero. Un calor demandante sube por mi cuerpo y la temperatura aumenta en un abrir y cerrar d ojos.

Trato con todas mis fuerzas que ella no note mi incomodidad y, ¡Rayos la erección!

La miro, y me percato que sus ojos no están puesto en mis ojos o mi cara. Están puestos en mi entrepierna... ¡NO! Va a pensar que soy un pervertido o algo así.

Ella no parece molesta, incluso, me sonríe y pasa su lengua sobre sus labios.

Incomodo, así me siento. Estaré desvariado por varias semanas por culpa de ella.

-¿Cómo es que te llamas?- Dijo sin despegar sus ojos de los míos. "Jaemin, contrólate."

-Na Jae Min – le contento tan bajo que temo que no me escuchara. Ni la voz me sale, maldición.

-Jaemin... Lindo nombre – me contestó- Yo soy Min- Young. Pero puedes llamarme Min Hi.

Me tendió su mano, y la tomo, casi sin pensarlo un poco ansioso. Allí siento, como se me derretía la espala y me daba un cosquilleo incesante en el estómago... hasta veo lucecitas en pleno día. No podía existir tanta belleza en una sola persona.

Para mi pesar, ella ya había retirado su mano y temo haberme sobrepasado

-Min-Young, eso es casi lo mismo que "Belleza eterna" – ¡Torpe!, ¿Cómo se me ocurre decir algo como eso? El terror se apodera de mi cuando veo que ella frunce el ceño.

-Bueno, como te gusta Shakespeare, quizá me podrías ayudar. Toma, acá tienes mi teléfono, dame el tuyo, nos comunicaremos ¿Estás de acuerdo?

Ahí es cuando aterrizo. Teléfono. Anoto rápidamente mi número y se lo entrego.

- Entonces te llamaré – me dijo

Y sus labios de coral se acercaron a mi mejilla y me besó. En ese mismo momento supe que estaba perdido. Se me escapa un gemido avergonzante y rogué porque no lo hubiese escuchado. Esa chica, era mi ángel, y no podría jamás mirar a otra mujer. En dos minutos me había vuelto loco. Lo único que quería era volver a verla... Lo que fuese por solo un beso de sus labios...

La vi alejarse, con un bamboleo suave de caderas y era una visión celestial. Apreté los puños y aguante el deseo infantil de salir gritando de felicidad.

Disimuladamente la mire para que no me viera y observe como conversaba con sus amigas... No le importo que yo no fuese nada, ella misma se había acercado a mí. Ella me había tocado, hablado y besado todo en un mismo día... Increíble, mis plegarias habían sido escuchadas...

No me creía capaz de llamarla, pero no importaba. El número era mío y con eso yo ya era feliz. El corazón casi se me salía del pecho y no quise pararme todavía, por temor a que todos notaran la erección que todavía tenía y no quería ceder. Espere más de lo necesario, cuando casi todos se hubieron retirado a su salones y recién me puse de pie. Me dirijo a mi clase y no presto atención ni un solo segundo, a pesar de que las matemáticas era mi clase favorita. En mi mente solo bailaban las letras de un nombre maravilloso: Min-Young, Min-Young......

sweet obsession [Jaemin] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora