seoreundaseot

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Un año después:

¡Era el cumpleaños del Bruno!

Mi bebé estaba tan grande y pensar que lo conocí cuando era un pendejo de quince años.

Lo fui a visitar a su nuevo departamento, ya que la universidad le quedaba cerca y sus papás se lo regalaron con caleta de esfuerzo. Toqué el timbre y prendí la velita del pequeño pastel que tenía entre mis manos, cuando abrió la puerta, comencé a cantar.

—¡Cumpleaños feliz, te deseamos a tí, cumpleaños Brunito, que los cumplas feliz!- me sonrió y sopló, apagando la vela.-¡Feliz cumpleaños, mi amor!— le chanté un besito y lo abracé.

—¡Gracias!— me abrazó.—Pasa.— me invitó y entré.

—Traje hueás pa' comer.— dejé el pastelito pequeño en la mesa de centro y me quedó mirando.

—¿Y las cosas?— miró mis manos.

—Ah, están en la mochila.— me quité la mochila y saqué toda la comida. Serví las papas, ramitas, Chispop y el queso en un gran plato.

Comimos caleta y nos sentamos en el sillón.

—Me gusta como está decorado el departamento.— le dije, mirando hacia todas partes.

—Lo decoré yo.— me reí al toque cuando dijo eso.

—¡Mentiroso!— le grité.—Fue tu mamá la que decoró todo.— me llevé algunas ramitas a la boca.

—Mmh...se siente raro tener dieciocho y estar en la U, vivir solo y tenerte acá.— hizo una mueca, haciendo que cambiara de tema.—Siempre estuve con mi mamá y cuando me dieron las llaves del departamento, me sentí como abandonado.— se desordenó el pelo y me pareció tan tierna su reacción.

—¡Erí legal po!— le dije emocioná, recordándoselo.—No te pongai triste y mejor dime que deseo pediste.— le sonreí y me quedó mirando pervertidamente.

<<Ay, no>>, pensé.

—Que te vengai a vivir conmigo.— su cara pasó de ser pervertida a sonreírme.

—Pero, es tú departamento po y tus papás...— me interrumpió.

—Mis papás te aman, hueón. Te tienen en el medio altar y te adoran.— me hizo cariño en la mejilla.—Vive conmigo, me siento super solito aquí y yo te quiero ver todos los días.— me estaba convenciendo.

—Nos vemos todos los días en la U.— lo miré a los ojos.

—Pero, no es lo mismo po.— me reclamó.—Te quiero aquí, huebeándome y gritándome.— sonrió y se veía tan lindo.

—Acepto, pero con una condición.— le pedí.

—¿Cuál?— preguntó.

—Que te afeites, porque no me gusta verte con barba, ¡te veí' demasiado mayor y yo amo tu cara e' guagua!— se paró del sillón y se fue al toque al baño a afeitarse. Lo seguí y me apoyé en el marco de la puerta, vi como se afeitaba y me pareció tierno.—Te conozco desde que tenemos quince y ahora tenemos dieciocho, estamos en tu departamento y en la misma U, estudiando diferentes hueás, pero juntos.- le dije y sonreí.

—Nunca imaginé estar contigo así.— se quitó la polera y se lavó el torso y la cara.

Lo quedé mirando, mientras se secaba.

—Uh, date vuelta.— le pedí. Estaba de espaldas hacía mí.—Estai más marcado, mírenlo.— asentí y me acerqué a él.

—Estuve trabajando po.— sonrió y me acercó a él, me tomó de la cintura, haciendo que chocara suavemente con su cuerpo.

—No sé cómo tení' dieciocho, seguí' siendo tierno y virgen.— toqué su abdomen.

—Estoy esperando a la mina indicada po.— se lamió los labios.

—¿Y ya la encontraste?— sentí sus manos en mi cintura, de repente, comenzaron a bajar.

—La encontré hace un año.— se mordía el labio y no podía concentrarme.

—¿Y esperaste un año?— le pregunté.

—Esperaría hasta el matrimonio, pero...— lo interrumpí.

—¿Pero?— lo interrogué.

—Pero, no creo que aguante hasta ahora.— me chantó el beso y de la nada, se separó y de un cajón, sacó una caja de condones.-Espera, tranquila.- soltó una risa, cuando tiré su brazo, como señal de que me siguiera.

Me di vuelta y sentí su cuerpo detrás de mí. Con pasos torpes y dándome besos en el cuello, llegamos a su pieza. Nos tiramos, suavemente, a su cama, sin romper nuestra distancia. Se puso arriba mío, sin aplastarme y sin hacerme daño.

—¿Estai seguro que queri que pase?— le pregunté, deteniéndolo un poco.

—Déjame decirte que me he estado aguantando todo un año, así que, sí.— contestó con una sonrisa y se abalanzó contra mi.

—Pero, ¿seguro, seguro?- le volví a preguntar y se rió.

—Seguro.— respondió

Ese día, el Brunito dejó de ser tan santo y se volvió más pecador.

[...]

—Te amo.— me dijo y me dio un beso en la cabeza.

—Y yo a tí.— estábamos en la cama todavía, abrazados, acurrucados y sin pudor.

—¿Ahora sí te vai a venir a vivir conmigo?— me comenzó hacer cariño en el pelo.

—Sí, me convenciste completamente.— asentí.

—¿Querí que te convezca más?— su tono de voz salió más grave.

—¿Te quedó gustando?— solté una risita, apenas dije eso.

—Probablemente.— me siguió el juego.

[...]

Meses después...

—Bruno, necesitamos hablar.— me apoyé en la pared del living y él quitó la vista de la tele.

—¿Qué hice ahora?— se desmotivó e hizo un puchero.

—Quedan horitas pa' que cumplamos otro mes juntitos y no te tengo regalo.— nos quedamos en silencio y después se cagó de risa.

—¿Y qué tiene?— dijo relajao'.—A mi no me importa que me des un regalo, que estés aquí y que me querai', es lo que cuenta.— se paró y me dio un abrazo.

—¿Cómo seguí' conmigo todavía?— apoyé mi cabeza en su torso.

—No sé, nos ahueonamos el uno por otro nomás po.dijo y nos reímos.

¿Hay alguien más hermoso que él?

<<Y quizás, todo lo que alguna vez soñaste y lloraste, se haga realidad.
Es cuestión de tiempo y paciencia, quizás de amor.
Todo lo que es para tí, vuelve>>

Fin

N//A: alto final👀

-WeaOriginal🌚✌

➤Nos ahueonamos 《CHILENSIS》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora