Capítulo 45

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Cuando los sentimientos se van, el corazón también lo hace, se olvida de cómo fue que amaste a esa persona o lo olvida por un obstáculo que no quieres esquivar.

Es dejarlo ir o morir con él, una de dos no más ni menos.

— Es hora del almuerzo, ¿porque no sales? - Conteste

— No tengo ganas de comer ni de salir - Contesto cortante mi compañero

Uno aquí preocupándose por el y así es como me habla, que mal agradecido.

― Escúchame bien, si piensas que te vas a desquitar conmigo porque no tienes con quien, es mejor que ni me dirijas la palabra – Conteste

― Lo siento, es que últimamente mi mente me ha estado molestando mucho y me enojo fácilmente – Contesto

― Está bien, a veces mi mente también me juega malas bromas – Conteste

― Entonces... no vas a ir a almorzar, no te preocupes por mí, realmente no tengo hambre – Contesto inesperadamente

― Si... te traeré algo por si te da hambre – Conteste

Llame al guardia de seguridad que vigila nuestra cerda informándole que quería ir a almorzar, el guardia no dijo nada y solo me coloco las esposas y me condujo hasta el comedor.

Cuando había llegado al comedor, el olor a comida golpeo a mi nariz bruscamente haciendo que me maree un poco ya que no había comido hace 2 días.

Tome una bandeja y tome un poco de lo que había en el día de hoy, me senté en una mesa alejada de la sociedad y comencé a comer tranquilamente.

Terminando de comer me pare de mi asiento y deje la bandeja vacía en donde se colocan esta y tome otra para esta vez colocar comida para Kendall.

Abandone el comedor con la bandeja llena de comida, pero la desgracia vino después de la felicidad.

― Señorita no puede salir con comida a ningún lado que no sea el comedor – Contesto un guardia

― Esta comida no es para mí, es para mi compañero de celda – Conteste

― No importa para quien sea, si no quiso venir al comedor a comer entonces no podrá comer en ningún lado – Contesto el guardia

Mientras pensaba en una solución para salir de esto con la bandeja llena, de alguna forma mi pie se movió sin previo aviso y aterrizo en el pie del guardia haciendo que este se apartara para agarrase el pie con un gesto de dolor.

Tome con fuerza la bandeja y salí corriendo en dirección a mi celda la cual estaba cerrada y yo no tenía oportunidad de entrar ni de salir en esta situación.

― Oiga no vuelva a hacer eso, porque...

El guardia el cual lo había lastimado tan solo para llevarle comida a mi amigo desnutrido se encontraba a unos metros de mí casi desmallándose por el ejercicio físico que acaba de hacer al perseguirme.

Y eso que no corrí tan deprisa porque si lo hubiese hecho la comida se me hubiese derramado, aun así a ese guardia le hacía falta mover un poco el cuerpo porque parece que reventara tan solo ver la comida.

― ¿Porque qué?, yo solo esta siento una buena compañera y le llevaba comida a compañero de celda – Conteste

― Simplemente no lo vuelva a hacer, hoy se lo dejare porque estoy de buen humor pero no lo vuelva a hacer – Contesto aun transpirando

El guardia abrió mi celda y yo entre felizmente de la vida porque había ganado la batalla pero inquieta porque la guerra aun no la he ganado.

― Espero que te comas todo lo hay en la bandeja, porque tuve que luchar para conseguirla – Conteste

Pero nadie respondió, deje la bandeja sobre mi cama y mire en dirección a Kendall quien se encontraba tirado en el suelo durmiendo como un bebe incluso babeaba como uno.

Suspire tranquilamente y deje la bandeja a su lado para que cuando despertara se lo comiera.

Me senté a pensar en el suelo.

Ojala pudiese morir y luego renacer otra vez para poder vivir mi vida a mi modo, sin ordenes de nadie, sin que la gente me juzgue, eso sería un sueño que realmente nunca se cumplirá.

Al ver lo que Kendall ha sufrido antes de llegar aquí, es una historia bastante tiste mucho más desgarradora que cuando lo escuchas de una persona que es mayor de edad.

Aunque Kendall parezca un chico relajado que no le importa el mundo, todo sabes que realmente no es así y que está sufriendo enfrente de las personas pero nosotros no lo vemos tampoco lo sentimos ni intentamos hacerlo.

Sin pensarlo bien me pare del suelo y me acerque al guardia con determinación y le dije:

― Quiero usar mi llamada...

Talvez sea algo precipitado pero realmente tenía que salir de aquí y enfrentar la verdad de una vez por toda y no sola si no acompañada.



Obligada al casamiento (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora