Capítulo 3

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Cathleen.

Al sentir aquella mano y empezar a gritar, me arrojé al suelo. Miré casi con lágrimas al responsable del susto.

-¡Calma, calma! Soy Suga -dice este, soltando una pequeña risa de decepción por mi reacción.

-¡¿Qué mierda te pasa, imbécil?! -dije, aún asustada por la conmoción.

-Wow, cálmate. Tu hermana estaba preocupada y me pidió que fuera contigo.

-No necesito un niñero -solté con el ceño fruncido, dando a entender que me encontraba molesta.

-Pues..., por tu reacción, sí necesitas de uno -extendió su mano hacia mí, la cual acepté. Este jaló con fuerza (por segunda vez), levantándome. En ese momento, choqué con su pecho, lo cual hizo que me sonrojara por la cercanía-. ¿Qué pasa, enano? -dijo con tono de burla.

-Apártate.

Intenté separarme, pero este lo impidió.

-Tranquilo, solo quería invitarte a algo para que no tengas que pensar tanto en lo que pasó hace rato.

-No, gracias. No necesito nada -dije, empujándolo de forma brusca, haciendo que yo fuera la única que retrocediera.

-Cuidado -me advirtió, a la vez que sostuvo mi muñeca y la jaló una vez más, con demasiada fuerza. Este perdió el equilibrio y caímos juntos, yo sobre él. Unos segundos después, paso un auto a gran velocidad por donde iba a caer al haberle empujado para separarle de mi-. ¿Estas bien? -pronuncio este mientras me miraba preocupado.

-S-Sí, estoy b-bien -dije tartamudeando por el gran susto que pasé.

Me levanté algo nerviosa, luego le ayude a levantarse. Sacudí un poco mi ropa y este me miraba fijamente, lo cual me incomodaba, le miré y me ofreció una sonrisa cálida, lo cual hizo que me sonrojara.

-Bueno, vamos, te invito algo y no acepto un no como respuesta.

-Esta bien, iré contigo como agradecimiento por todo. -le dije, dedicándole una sonrisa.

Él empezó a caminar, yo me quede mirándole y este se detuvo volteando a verme, esperando que caminara, entendí y me dirigí hacia el colocándome a su lado y empezar a andar a su lado. Al rato, llegamos a un pequeño restaurante, en donde entramos y nos sentamos en una mesa al lado de la ventana. Trató de sacarme algo de conversación, lo cual no le funciono, aún desconfiaba algo de este. En unos minutos se acercó a nosotros un chico, Suga y él parecían conocerse.

-Y bien... ¿qué pedirán? -dijo aquel chico sonriente, dándonos el menú.

-Una hamburguesa normal y un refresco -dijo Suga, para seguido mirarme -. Vamos, pide lo que sea, no tengas miedo.

-No tengo miedo -dije mientras le eche un ojo al menú -. Un trozo de pastel de vainilla y fresas, acompañado de una limonada, por favor -el chico y Suga me miraron algo confundidos y sorprendidos, agitaron su cabeza y el joven se fue a por el pedido. miré a Suga-. ¿Pasó algo, Suga?

-No, es solo que actuaste muy formal, como las princesas de esos cuentos para bebes.

-Yo leo esos cuentos para bebé -le miré de forma seria.

-Oh, perdón, su majestad -dijo de forma burlesca. Ambos nos miramos y empezamos a reír-. Bien... -pronunció, como si quisiera decir mi nombre.

-Cathleen.

-¿Por qué Nam-joon te molestaba en la cafetería?

-Fue porque le lancé un pequeño papel sin querer, e ignorarle -recargué mi cabeza sobre la mesa, algo molesta-. Fue una estupidez. Vaya primer día tuve ayer. Dos chicos me golpearon

-¿Dos? ¿quien mas? ¿por qué?

-Fue un idiota de cabello marrón oscuro, ojos casi negros y una expresión seria. La verdad me dio miedo, en sus ojos se veía la diversión que sentía al golpearme... -me levante y cubrí mi cara algo asustada-. Dije que cambiaría, pero ni siquiera me estoy esforzando en lo mínimo

-¿Cambiar? ¿Para qué y por qué?

-Toda mi vida me han molestado por ser una persona tranquila. Pensé que al cambiar mi actitud a una mucho mas seria y algo rebelde me dejarían en paz. Creí que venir a Corea me iría mejor, tendría amigos, saldría con ellos a disfrutar. Pero, ¿a quién miento? Siempre seré el centro de burlas de todos... y todo por ese imbécil.

Yo me quedé en silencio, acostada sobre la mesa, tratando de controlar mis sentimientos. Cada vez que pienso o hablo de ello... esto me pasa. Aún sigo siendo débil. ¡Maldición! ¿Cuándo cambiaré?

Suga no dijo nada más. No levanté más la vista hasta que sentí un frío recorrer por mi pelo, algo muy mojado, y con olor a limón. Mientras me erguía, la bebida seguía cayendo del vaso desparramado en la bandeja. Tenía todo el pelo y el pecho empapados y pegajosos.

Miré en dirección al mesero con gesto irritado.

-Oh -expresó algo desconcertado el mesero. No parecía tener nada que decir al respecto, y sus ojos dilatados, de los cuales noté su peculiar color; parecían sorprendidos-. ¡Perdón! No tenía la intención...

Sacó rápidamente de su bolsillo un pañuelo, haciendo ademán de querer secarme. No logró acercarse mucho, ya que Suga le quitó de un tirón el pañuelo, diciendo que lo haría el.

-Ya hiciste mucho, TaeTae, piérdete -noté como "TaeTae" se iba un poco "avergonzado", luego Suga me miró fijamente, como pidiéndome permiso. Yo estaba desconcertada por todo lo que había pasado hasta ese momento, así que no dije nada. Este acerco su mano a mi pecho restregando el paño contra mis pechos, con algo más que la intención de secarme. Yo bajé y subí la mirada rápidamente, dándome cuenta de la situación. Sentí como mis mejillas empezaron a calentarse, se vislumbró una sonrisa que me pareció de lo mas sádica e incompleta, como si quisiera sonreír más-. No le diré a nadie de esto, tranquila -dijo susurrando a mi oído, de una manera dulce y algo seductora.

Él vio a través de mí. Ahora lo sabía todo.

Durante unos instantes pensé que nada bueno vendría de él. Pero, por alguna razón, quise abrir mi corazón hacia este y ofrecerle mi amistad. Hasta ahora, él ha sido el único en tratarme con cariño...

No me jodan... (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora