Capitulo 1: Casualidad

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Era una mañana fría del primer sábado de un naciente invierno en Santiago. Andrei iba caminando a la estación del metro para ir a su trabajo. Habían pasado ya 10 años desde que saltó a la fama gracias a Rojo y aun que no perdió el tiempo creando su disquera y haciéndose compositor profesional, a veces, cuando la nostalgia le invadía las noches, dejaba su auto del año para ir a tomar el metro y recordar aquellos tiempos en donde todo partió. Necesitaba de vez en cuando despejar sus ideas o simplemente recordar.
Se subió al metro y se sorprendió gratamente al encontrarlo casi vacío. Se sentó y visualizo cuantas estaciones debían pasar para llegar a su destino. El metro comenzó a avanzar, entre cerro los ojos y respiro profundo. Al abrirlos ya estaba en la siguiente estación y los transeúntes comenzaban a entrar a su vagón. Medio distraído miraba a las personas como si estuviese buscando a alguien. Se le paralizó cada célula de su cuerpo cuando, de espaldas, vio al que había sido el gran amor de su vida. Y es que podrían pasar años, pero los rulos característicos del hombre que amo tan profundamente nunca podrían ser arrancados de su memoria. Una profunda clavada hizo que de golpe el corazón le volviera a latir. No podía despegar su mirada de él. No sabía qué hacer, si acercarse o correr lejos de allí. Vio cómo se acomodaba por allá lejos en el tercer asiento del vagón. El metro comenzó a avanzar nuevamente, tal como sus recuerdos que volaron a aquel pasado, cuando Hernán se fue y él tuvo que quedarse solo. No existía día en el que él no lo recordara, ni su historia ni su despedida. “No” se dijo Andrei, “no puedo perder esta oportunidad, no de nuevo.” Se levantó de su asiento y camino rápido. Tan rápido que se sentía como si su corazón fuese a explotar por la adrenalina y ansiedad. Se detuvo un instante antes de colocar su mano en el hombro de él. Titubeó y antes de que diera cuenta Hernán se había volteado, mirándolo con aquellos ojos negros profundos y honestos, los mismos que años atrás lo habían conquistado.  El tiempo se detuvo. Se miraron sabrá dios por cuánto. El cantante casi se cayó cuando el metro se detuvo en la siguiente estación. “Siéntate acá” le dijo Hernán, “Por favor” concluyó.
Andrei no podía creer que de verdad era él, se sentó a su lado y miro al suelo. Sus manos le sudaban, no sabía que decir o que hacer. Su cabeza todavía le daba vueltas por escuchar luego de tanto tiempo el timbre de su voz. Al tenerlo tan cerca podía oler el dulce aroma que tantas noches lo acompaño para dormir, que lo consoló durante los días más lindos y estresantes de su vida. Aquel olor que aun guardaba la camisa que le había dejado en el cajón años tras cuando Hernán finalmente viajo a broadway para realizar su más tierno y dulce sueño de infancia.
Sincronizados ambos se miraron a la vez. “Hola” se dijeron al mismo tiempo. “jajaja disculpa, ¿Cómo has estado?  A pasado mucho” le dijo Hernán mientras se acomodaba el pelo. “Bien, todo tranquilo” contestó Andrei mientras intentaba recobrar la respiración. “¿y tú? no sabía que estabas en Chile” continuó.  “No, llegue hace poco, vine a visitar a mi familia y a arreglar algunas cosas.” Dijo mientras le buscaba la mirada a Andrei quien se la hacía esquiva.  "Siéndote súper honesto vine por poco tiempo, vengo a terminar con todo lo pendiente y me devuelvo a EEUU."
Un silencio mortal e incómodo se generó entre ambos. A Andrei se le repetían como un eco las palabras 'al terminar con todo lo pendiente´. Bien en lo profundo de su corazón sentía que él era eso pendiente, o eso quería pensar. Lo miro de reojo, y le vio aquel tic nervioso que Hernán siempre hacia cuando estaba en situaciones incomodas.  El metro se detuvo y se dio cuenta que era esa su estación. Se levantó y apurado salió del vagón, justo en la puerta, se giró para quedar de frente a Hernan. Al mirarlo a los ojos dijo “Adiós” para luego alejarse rápido del lugar. El bailarín no alcanzó a reaccionar cuando ya se reanudaba la marcha del metro, y junto con el mismo sus oportunidades de volver a relacionarse con el que consideró mucho tiempo su príncipe azul, su amor real.
Ambos se quedaron con el corazón en la mano y con la cabeza dando vueltas. Sin embargo, ambos tenían claro una cosa, tenían que volverse a ver.

Reiniciando el viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora