Capítulo 13: Soy tuyo

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Manos sudorosas,

Respiración acelerada,

Corazón desatado.

En una clásica noche bohemia en el barrio bellavista la vida transcurría normal. La música se hacía presente en cada uno de sus rincones, las personas fluían con o sin quererlo a su ritmo, sintiendo la frescura nocturna y compartiendo con conocidos, amigos o extraños. Las palabras, risas y gritos animados se esparcían en el aire, el olor a cerveza y a cigarro marcaban la noche. Habían desde grupos grandes personas, hasta el misterioso hombre solitario que absorbía y se recargaba del ambiente energético del lugar. Entre todas esas personas estaban ellos, la típica pareja enamorada que vive intensamente cada suspiro, cada mirada. Jugueteaban, como quinceañeros conociendo el amor. Si escuchabas atentamente podías sentir el revoloteo de las mariposas que vivían en ellos. Se tomaban de la mano y corrían. Parecía que no iban a ningún punto fijo pero si te fijabas bien en sus ojos tenían una idea definida, un secreto compartido solo entre amantes.

Volemos juntos

Para siempre

Seamos uno

Hasta el portero sintió la magia cuando los vio entrar. Las personas que los acompañaban en el ascensor creían que estaban presenciando algo único y especial. No era necesario que se tocaran para hacer fuego, con solo mirarse bastaba. El piso donde se encontraba la habitación del hotel de Hernán estaba convenientemente vacío. Rieron, estaban solos y eran libres. Andrei lo tomó de la mano y comenzó a caminar. Sus mejillas ya le comenzaban a doler por la sonrisa prolongada que nació en él apenas dijo que si a la proposición de su amante. El bailarín lo paró, lo miró y de forma sutil su rostro comenzo a cambiar, de una sonrisa inocente a una con muchas segundas intenciones. Se le acercó y le robo un beso. Le mordió el labio inferior.

Ser reía

Se quejaba

Se calentaba

Estaban bailando al compás del amor. De ese amor de locos, el único tipo de amor que Hernan sabía dar. Lo conducía a su habitación y a su cama. Abrieron la puerta pero no prendieron las luces. Se sentían, se respiraban. Estaban cerca, pero no lo suficiente. El cantante le sacó la chaqueta, mientras que a él le sacaban la bufanda. Con ella misma Hernán lo acercó para darle un beso, uno chupeteado. Andrei le comenzó a desabrochar la camisa, su olor lo embrujaba, se aproximó  y le beso el cuello, justo debajo de la oreja. El moreno cerró los ojos para sentir más intenso. "Demasiada ropa" dijo en susurro y de un tirón le saco la chaqueta y camisa. Andrei se veía tan blanco que hasta la luna lo envidiaba.

Sensual conquista

Intensa mirada

Déjame amarte

Hasta que el infierno no arda.

El pálido torso de Andrei se contraía al sentir como las manos juguetonas de su pareja le desabrochaban el pantalón. Sus manos acariciaban el pecho de Hernán. Un escalofrió recorrió su cuerpo al sentir que su pantalón caía. Se sacó rápido los zapatos y pantalones. El bailarín lo empujo a la cama. Cuantas noches habían pasado desde la última vez que lo vio así: vulnerable y suyo. Antes de tirársele encima se sacó la ropa que le quedaba puesta. Ahora ambos estaban en ropa interior, casi listos.

Se puso arriba de él, pero sin tocarlo. "te amo" le dijo y lo beso profundo. Sus lenguas bailaban y hablaban un lenguaje que solo ellas dos conocían. Andrei lo tomo de la nuca y le acaricio su cabello. Hernan terminó el beso porque una tarea le aguardaba. Le beso el cuello, le mordisqueo la clavícula, paso por su pezón, reconoció su ombligo, llego al borde del calzoncillo y se detuvo. Lo miro y lo notó sonrojado, acelerado y tremendamente excitado. Lo terminó de desnudar y le besó la punta, luego le paso la lengua. Primero suave y después más necesitado, hasta que de unmomento  a otro el miembro de su amado estaba  completamente en su boca.

"a-ay, a-ay, hmm Hernán..."

Se detuvo. Ya no podía más no lo soportaba más. Lo necesitaba tanto que ya le dolía. Se aseguró que estuviera listo, dilatado y lubricado. Se alejó de él solo para quitarse el calzoncillo cuando se acordó de un detalle importante.

"¿Tienes preservativos?" le pregunto bastante molesto consigo mismo por no ser más precavido.

"Eh si, si en mi chaqueta" contesto Andrei aún intentando recuperar el aire.

Rápido y hábil encontró lo que buscaba. Mientras se lo ponía no podía evitar imaginarse que Andrei lo tenía para usarlo con JP y no con él. La sangre le hirvió, pero ya no importaba, hoy lo haría suyo de nuevo. Nada, ni nadie más existía. Cuando se giró en dirección a su amante lo vio tocándose. Su corazón latió fuerte. Se acercó a él como depredador a su presa. Le abrió las piernas, lo tomo de las caderas y lo levanto un poco. Colocó su masculinidad en la entrada de su amado. Y lentamente comenzó a entrar.

Suspiro profundo

Gemido contenido

No lo recordaba tan grande, no sabía si era la edad o que ya había perdido la costumbre. Andrei no era capaz de pensar con claridad. Con cada embestida se sentía más lleno, más completo. Hernán lo miraba fijo, sus manos firmes en sus caderas lo sostenían y guiaban. El acariciaba y rasguñaba su espalda. Dirigió una mano a su propia intimidad para estimularla.

"Dime... que eres...mío" hablo Hernán quien aumentaba paulatinamente la fuerza y profundidad.

"Yo..." Andrei no podía hilar frase, para ese punto ya había olvidado su nombre.

"¡Dímelo!" demandó el bailarín quien esta vez incrementó la velocidad.

"¡Soy tuyo!" grito desesperado.

Andrei comenzó a sentir como un calor interno iba creciendo, se expandía en el desde su parte baja hacia el resto de su cuerpo en forma de ondas. Su espalda se arqueo y desde lo más profundo de su ser, ya sin vergüenzas ni ataduras gritó "¡Hernán!" para luego acabar. Escucharlo era todo lo que necesitaba el moreno para alcanzar el orgasmo, el más intenso que había sentido en 10 años.

El moreno agotado descansaba e intentaba recuperar el aire. Aún seguía arriba de él, unido a él. Sentía el corazón en la garganta. Se sentía pleno, viviendo una fantasía, un sueño.

Por su parte Andrei, lloraba en silencio.


Reiniciando el viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora