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Jake se rió entre dientes.

—Lo encuentro interesante. Supongo que es según se mire, ¿eh? Parece que tu mente sólo piensa en una cosa.

—¿Dónde más? Por el precio correcto, ese lindo trasero de ella es la zona de juegos de cualquier hombre.

La mandíbula de Jake se endureció, y vaciló en el siguiente golpe de hacha, tuvo que esforzarse por fin para romper la madera sobre el tocón.

—Baja la voz, hombre. Hunter está jugando un poco más allá.

Harry miró hacia donde estaba el chico y bajó su tono.

—Simplemente no creo que entiendas lo grave que esta situación podría llegar a ser. Gemma daría su último par de mocasines a cualquier persona con una historia triste que contar. Confía en mí, la conozco.

—¿Porque eres igual que ella? ¿O debería decir que antes lo eras?

—La gente cambia.

Jake hizo una pausa para estudiar a Harry por un momento y luego sacudió la cabeza.

—Has cambiado mucho, sin embargo. No estoy seguro de que quisiera saber en que más.

—Por supuesto que me conoces. He acabado creciendo, eso es todo. Eso le pasa a todo el mundo.

—Yo prefiero tener siempre el corazón de un niño, ahora y para siempre.

Eso picó. Aunque Harry disimuló, se cruzó de brazos y sonrió, fingiendo que no le importaba. Pero la verdad era que estaba bastante cansado que todo el mundo y su familia intentaran encontrar alguna falta en él para condenarlo.

—Mi trabajo le da a un hombre algunas asperezas. Eso no quiere decir que por debajo no sea la misma persona.

Volteando un trozo de madera, Jake se tomó un momento para mantener el equilibrio.

—No me preocupan tus asperezas, Harry, hablo de ahora, de cómo ves las cosas hoy en día. Hablando acerca de personas con historias tristes, algo me dice que tú tienes una propia que contar. ¿Quieres compartirla conmigo?

Harry se echó a reír y levantó las manos.

—Jesús, Jake, ¿te escuchas a ti mismo? No soy el único que tiene mala opinión de las prostitutas.

—No. Definitivamente, no solo tú, y es una lástima. Me pregunto qué sucedió para que tomes una postura tan dura. Parece que la amargura habla por ti. ¿Has tratado alguna vez de rescatar una chica así, Harry?

—Hasta que me di cuenta de cómo eran.

—Te quemaste, ¿verdad?

—Se podría decir que sí.

—Bueno, no dejes que un gusano arruine tu gusto por las manzanas. Gemma afirma que Amy es una chica dulce, y tengo que aceptar su palabra. Tú sabes tan bien como yo que tiene una manera de ver directamente el corazón de una persona.

—Las putas no son dulces, Jake. Tienen que ser duras como rocas para sobrevivir.

—Amy no lo es. Según Gemma, ella recurre a imágenes en su mente para aislarse mientras trabaja. Por la mañana, Amy se despierta y vuelve a ser la misma joven tímida, como si no hubiese vivido la noche anterior.

—Eso debe ser un truco—, dijo Harry con un resoplido.

—Es la única cosa que tiene sentido—. Su cuñado levantó una ceja. —Te has encontrado con Amy. Si tienes otra explicación de cómo es tan tímida y reservada, soy todo oídos.

La magia en ti /h.s/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora