Prologo

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Era una noche oscura con densa niebla y una gran luna roja con destellos de misterio, en la tierra de Alaska entre el frio de sus montañas y oscuridad de la misma.

Un gran grito desgarrador se escucho en la mansión de los bludohk de la castillerk

-No puede ser - dice el rey alfa real abrakh- está naciendo hoy y en mi manada, busquen en todos los lugares de Alaska está aquí lo puedo sentir, puedo sentir su maldito poder.- escupió el rey con cierto asco en sus palabras.

¡Beta Dariel!- lo llama con gritos, el Beta aparece por la puerta corriendo.

-Si mi rey -Su primer oficial hace una reverencia en modo de saludo a su rey.

-Busca un Neonato que haya nacido esta noche de luna roja reúne a los mejores rastreadores y llévate a aparte a todos los lobos del palacio y traigan ante mi ese Neonato, revisa cada maldito rincón de Alaska y no regreses sin el recién nacido. ¡Ahora!- Grito en medio de un ataque de desesperación.

- Abrahk, ¿Qué pasa? ¿Por qué tantos gritos? Me asustas ¿qué pasa?- habla con ternura y calmando su furia su hermosa esposa, luz.

- Querida nunca había tenido tanto miedo hoy precisamente está naciendo la hija de la luna roja, nuestra perdición.

Se desploma en el piso de rodillas llorando entre las piernas de su esposa como un niño cuando siente un profundo dolor.

Su esposa también queda sorprendida pero lo único que puede hacer es reconfortar a su esposo con suaves caricias para tranquilizar su llanto en silencio, ella sabe que si llega a hablar puede llegar a romperse a llorar y esos es lo que menos quiere por eso se mantiene en silencio.

-Si llega tener ese poder el infeliz de draco ese maldito chupa sangre toda nuestra descendencia perecerá y todos los clanes de lobos morirán incluyendo nuestro hijo alec no puedo permitirlo. No puedo.- negaba el rey.

El deseo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora