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Con nerviosismo el joven lado su mirada y observó a su amigo, noto que estaba completamente en blanco, pensativo, eso lleno a chico con temor ¿no le habría gustado aquella canción? Si era así, podría mostrarle algunos de sus otros demos, o tal vez era algo pero, tal vez, había odiado toda que la composición, o incluso su voz.

-Chico, eres un maldito genio- Exclamó abrazando de lado al chico.

-¿En verdad lo crees?- Dejo salir toda aquella preocupación, una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

-Stuart ¿cierto?- Lo miró con esa extraña, pero tranquilizadora sonrisa.

El nombrado asintió su cabeza con entuciasmo.

-Bien chico, dejame decirte que eres un diamante en bruto. Tienes la voz de un jodido ángel, tienes una habilidad increíble con la teclas y tus letras, son completamente increíbles- Levantó su mano, comenzando a enumerar todas las cualidades que nombraba.

Vaya que aquellas palabras habían tocado un punto sensible en el chico, era la primera vez que le mostraba a alguien su música, y que fuera alguien que conocía de días lo lleno de alegría e ilusión; logrando que un leve sonrojo inundará sus mejillas.

-Pero, falta la introducción de más instrumentos- Rasco su brazo barbilla, se acomodo en su silla, lado está para atrás y posicionó sus pies sobre la mesa -Tal vez una banda completa, unas notas de bajo, un poco de guitarra y unas percusiones harían esa canción un completo éxito- Lo miro sonriente.

-No sabría como hacer una banda- Realizó la misma acción que él contrarío.

Alzó su mirada pensativa -Vamos, debes de tener algún amigo- Río.

-No muchos- Frotó las palmas de sus manos contra sus hombros.

Volteó su mirada, encontrándose con la del chico -Pareces ser un buen chico ¿Por qué tú falta de amigos?- Una sonrisa ladeada le brindó.

Río ante aquel comentario -Creo que es obvio Mudz- ¿Acababa de decirle Mudz? Vaya que era un tonto, apenas si se conocían y ya le había puesto un apodo.

El contrario río con él -Pues dejame decirte, que tú aspecto no me parece un problema para entablar relaciones- Comenzó a mover su pie en un vaivén -Yo tampoco soy lo que comúnmente se denomina normal- Hizo comillas con sus dedos -Y digamos que logre mantener una vida buena- Sonrió mirando al techo, como si recordará algo -Pero ya sabras, todo lo bueno tiene que terminar- Volteó su mirada a una sucia ventana, la cuál reflejaba la luz solar.

-¿Y cómo termino para tí?- Su mirada se perdió en la complexión del hombre, como los rayos se perdían en el la piel verdosa del contrarío.

Suspiro y volteo su mirada para ver al menor -En este lugar- Sonrió.

-¿Por qué terminaste aquí? No parece ser un mal hombre- Cuestionó completamente interesado.

-No estás aun para saberlo chico- Revolvió la cabellera azul del otro.

-Vamos- Insistió -Somos amigos ¿no?-.

Río ante la insistencia del chico -Bien, pero haremos un trato- Volvió a sentarse correctamente en la silla y miro al contrario -Te diré todo lo que quieras saber sobre mí, pero a cambio, me dirás todo lo que quiera yo saber sobre tí- Ladeo su sonrisa.

-Me parece un buen trato- Extendió su mano y el contrario se la estrechó.

-Bien, la historia de porque termine en este basurero- Tomó una larga aspiración -Estaba casado con una gran mujer, hermosa a mis ojos, llena de vigor y veracidad; pero digamos que aquél amor que ella solía jurar solo era una vil mentira- Rasco su barbilla y sobo su nuca.

-¿A qué te refieres?- Preguntó acercándose más al hombre.

-La encontré acostandose con mi jefe en mi propia casa- Sonrió, aquella sonrisa reflejaba enojo, desesperación, pero más que nada tristeza.

Stuart trago en seco -¿Y eso qué tiene que ver con tú estadía aquí?- Su voz se quebrantaba.

Suspiro -Ella y ese sujeto que consideraba mi amigo, tenían todo un plan de inculpación para que me pudriera en este lugar- Río incrédulo -Cargos por fraude, lavado de dinero y lo peor de todo, violencia doméstica- Comenzó a reír altamente y tomó su cara entre sus manos, logrando que unas pocas lágrimas corrieran por sus mejillas -Yo amba a esa mujer y amaba mi empleo, no te tendría porque hacer todas esas mierdas- Se limpio el rostro.

El peliazul abrazo al contrarío, acariciando su cabellera e intentar tranquilizarlo. No entendía el porque de sus acciones, pero siempre veía como su madre hacía esa misma acción con él, solo atinó a replicarla.

◇◇◇

N.A. Ésto no era actualizado desde hace un tiempo y quería revivir esta historia.

Lamento no actualizar, pero ya saben, los típicos problemas que rondan por tú cabeza y no te dejan avanzar. Intentare tener un buen seguimiento en ésto, lo prometo.

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