El Inmortal (fanfic)

Capítulo 18 -Una niña feliz-

-Hace 12 años-

—¡Hermanito por favor! —Alice estaba sentada en las sala de su casa, pidiéndole a su hermano que le cocinara el desayuno 

—¿Quieres callarte de una vez? lo haré en un momento —por su parte éste se encontraba "jugando" con sus amigos de dudosa procedencia 

La pequeña niña de apenas 6 años de edad era alguien llena de energía, caprichosa y con un toque de amabilidad. Siempre se la pasaba descubriendo cosas y jugando con sus muñecas, su cabello corto la hacía ver muy seria, a ella no la gustaba. Los padres de Alice trabajan todo el dia y casi nunca tenían tiempo para ver a sus hijos, trayendo como consecuencia el mal comportamiento del hermano mayor de la infante.

Un dia la dulce niña andaba merodeando por su casa y se topó con algo interesante. Era una bolsita llena de un polvo extraño, era blanco y olía asqueroso. Los papás al notar que su hija andaba correteando por ahí con droga de inmediato se enfurecieron.  

—¡MARK BAJA DE INMEDIATO! —gritaron al unísono

—¿Qué pasa? —preguntó haciéndose el desentendido 

—¿¡Has estado consumiendo esa porqueria!? ¿¡Desde cuando!? 

—No sé de qué están hablando —volteando la mirada hacia distintas partes menos a los ojos llenos de enojo de sus padres

Empezó la fuerte discusión, ellos no soportarian que su hijo fuera un drogadicto, además que la pobre niña había encontrado la "mercancía" sin querer, y eso no iban a tolerarlo. 

Todos los días era lo mismo, el hijo consumidor y la niña curiosa que todo lo descubria, fueron de discusión en discusión hasta llegar a un momento en el que no aguantaron tanto dolor. La decisión de los padres de Alice fue echar de la casa al hermano mayor acabando de cumplir los 18 años de edad. Alice se llevaba bien con su hermano, a veces peleaban por tonterias pero en el fondo se querían mucho.

Parecía que todos los problemas de la familia estaban resueltos... pero no era así. Resulta que el problema no era el hijo, sino más bien los padres. La mamá de Alice era fumadora de cigarrillos y suicida, mientras que el padre era un alcohólico y depravado sexual. Nadie sabía nada de esto, ante la sociedad eran impecables "la mejor familia". Lamentablemente para ellos había alguien que si sabia todo desde el principio, Alice. 

Así transcurrieron los años, la pequeña niña había crecido, se había convertido en adolescente, y recién cumplido los 14 años todo se fue a la basura. El padre de Alice abusaba de ella cuando su esposa no estaba en casa. Ella no decía nada por temor a ser castigada por su madre, pues ella le ponía castigos muy severos cada vez que se portaba mal.

Al cabo de unos meses la madre de Alice encontró a su esposo abusando de la adolescente, se quedó horrorizada al ver la escena pero sin embargo no hizo nada al respecto. "No ha pasado nada" era lo que decía cada vez que, en efecto, pasaba algo. La afectada de todo esto fue acumulando ira, tristeza, dolor y odio en su alma, no soportaba más esa situación.

Un dia... ese horrible día que terminó de romper el límite entre lo humanamente correcto.

—Vamos hija, hoy vamos a jugar una vez más —decía el padre ordenandole que se desvistiera—. Espero que esta vez no llores tanto.