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- ¿Recuerdas aquel vienes 20 de agosto? Tu cumpleaños.

Fuimos a nuestro árbol gigante favorito, y nos montamos a contar historias de terror, me contaste una que me puso los pelos de punta, en una de esas gritaste tan fuerte que me sobresalté. Me caí del árbol y te dió un grande ataque de risa, por lo cual también caíste. Estuvimos un mes sin ir a las escuela con yeso en las piernas.

Querida Camila, no he podido parar de llorar por ti, en realidad mis ojos siempre lucen rojos e inflamados, mi madre trata de consolarme, pero le contagio mi tristeza, a decir verdad. Es así con cualquier persona que se acerque a mi, es por eso que trato de evadir a todo mundo, TODO.

Hoy en la hora de almuerzo una chica demasiado linda, se sentó conmigo.

- Luces depresivo. - dijo.

- Soy depresivo. - la miré horrible y me puse mis audífonos. Ella solo frunció el entrecejo, tomó su charola de comida y literal, salió corriendo.

Las chicas ya no son lo mío desde que tú no estás, mi vida consiste en música triste, poca comida y lagunas de lagrimas, que loco ¿no?

Dear Camila. / F.W Donde viven las historias. Descúbrelo ahora