Capítulo 10

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Mina.

Sentí unos suaves labios chocar contra mi mejilla, sonreí al reconocer a la chica que me abrazaba y giré mi rostro para verla.

—¿Qué...?

Sus labios tocaron los míos sin dejarme continuar, volví a sonreír y acepté su besó de forma lenta.

—Te amo, Mina. —susurró.

... Te amo, Mina.

Abrí los ojos de forma brusca, mi pecho comenzó a subir y a bajar rápidamente al seguir mi agitada respiración y de inmediato sentí un enorme nudo atascarse en mi garganta. Me di cuenta de que estaba en el jardín, completamente sola y la tarde ya estaba cayendo.

Bajé la mirada y miré mis temblorosas manos, su voz había sonado tan real, por un momento pensé que estaba a mi lado. Cubrí mi rostro rápidamente con ambas manos y mi cuerpo se tensó al escuchar unos pasos acercarse.

—¿Mina?

Era Chaeyoung. Suspiré con fuerza y la miré, no dijo nada, solo me entregó una píldora y un vaso con agua, lo bebí rápidamente pero de inmediato sentí que a aquella pequeña piedrecita le costó un poco bajar por mi garganta.

—Llévame a mi habitación, por favor... —susurré pero no respondió, tampoco hizo lo que le pedí, solo se quedó de pie, mirándome fijamente con una triste sonrisa— Chaeyoung...

—¿Quieres hablar? —preguntó.

—No.

—Pero yo sí. —dijo y se sentó a mi lado.

—...

—¿Sabes por qué me gusta lo que hago? —volvió a preguntar.

—Yo no...

—Porque a mí nadie me ayudó de pequeña. —sonrió.

¿Y eso era motivo para sonreír? Esta chica tal vez estaba loca.

—¿Te parece gracioso? —pregunté algo confundida.

—Un poco, ¿No es loco?

—Sí, bueno... Tú.

Chaeyoung se quedó en silencio, movió su cabeza a un lado y soltó una pequeña risa.

—Verás... De pequeña siempre me enfermaba o me lastimaba, pero nadie hacía nada, mi madre a veces estaba tan ocupada que no me prestaba atención y yo terminaba haciendo todo sola. —bajó la mirada y suspiró— Me sentía sola...

—Entonces, ¿Es por lástima que ayudas? —pregunté.

—No se trata de eso. —frunció un poco su entrecejo— Desde entonces decidí que si podía ayudar a alguien, jamás me negaría, incluso si yo estuviese herida también, ¿No lo entiendes? No quisiera que sintieran lo mismo que yo.

Asentí y Chaeyoung recogió su colorido cabello con una coleta y suspiró antes de volver a mirarme, pero nuevamente no dijo nada.

—Eh... ¿Habías hecho esto antes?

—No, es decir, jamás había aceptado vivir en la casa de alguien mientras lo hacía. —cruzó sus piernas sobre el césped.

—¿Por qué aceptaste hacerlo?

—Supongo que todo pasa por algo. —encogió un poco sus hombros.

Jihyo había dicho lo mismo. Qué raro, tal vez termine creyéndome sus palabras. Continué mirándola, hacía mucho que no lo hacía con una persona y al parecer Chaeyoung no se cansaba de hacerlo conmigo, porque siempre era yo quien cortaba el contacto visual después de un rato.

—Muy pronto te quitarán esa venda. —se levantó y sacudió un poco su pantalón— Volverás a caminar y continuarás estando bien, ¿Cierto?

—Sí, qué alegría. —dije con muy pocos ánimos antes de alisar mi vestido.

—Y adivino, no sonríes.

Chaeyoung levantó la mirada en ese momento y sonrió al saber que estaba en lo cierto, iba a reír, pero preferí no hacerlo y solo hice una mueca para disimular.

Durante la cena estuve sola en aquella gran mesa, mis padres no habían llegado gracias a su trabajo y de cierto modo lo agradecí, así no sacarían a relucir sus quejas, no estaba de humor para ellas, de hecho nunca lo estaba. No tenía mucho apetito, pero Chaeyoung estuvo insistiendo en que debía comerlo todo, ni siquiera me dejó ir a mi habitación y terminé haciéndolo como si fuese una niña a la cual habían llenado de regaños... Como siempre.

Ugh, ¿Cómo puedes ser tan terca? ¡A veces es agotador!

Dame un respiro, Son Chaeyoung...

Chaeyoung cada día me sorprendía más, Jihyo nunca se había negado a alguna petición de mi parte, pero aquella chica ya lo había hecho en más de una ocasión. Sabía que a veces mi actitud desmotivaba a cualquiera, pero ella nunca demostraba eso, siempre sonreía a pesar de mi mal humor.  

Pero tu sonrisa y aquel hoyuelo en tu mejilla son... Lindos.

... ¿Qué? No. 



Aer, admito que me reí por el trío que armaron... Pero no habrá trío aunque quisiera. 

 

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Umbrella; MICHAENG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora