Umbrella; MICHAENG.

Capítulo 14

Mina.

—¡Minari! —Sana entró a mi habitación y se lanzó en mi cama rápidamente, se veía realmente emocionada.

—No grites, Sana. —solté un gruñido y solo escuché su risa chillona mientras me quitaba los lentes para leer— ¿Qué ha pasado?

—Verás, ¿Recuerdas a Dahyun? —preguntó de forma apresurada mientras me miraba, bastante atenta.

—¿La amiga de Chaeyoung? Sí. —me tomé unos segundos al pensar con claridad— Espera, ¿No me digas que...?

—Estamos saliendo. —dijo rápidamente al interrumpirme.

—¿Qué? ¡Sana!

—Pero es muy linda. —puso un tono de voz infantil mientras que sus mejillas tomaban un ligero color rosa— Me gusta mucho y besa muy bien...

Ni siquiera sé por qué me sorprendo, era obvio que Sana iría al acecho de aquella chica, pero solo esperaba que no la tomara como un juego... Solía hacer eso.

—No hagas algo estúpido con ella.

—¿Cómo qué? Si ya me acosté con ella y...

—¡No quiero saber eso! —chille al cubrirle la boca con mi mano— Es la mejor amiga de Chaeyoung.

—¿Y eso qué? Por cierto, Dahyun me ha hablado mucho sobre Chae, si no me gustara tanto, iría por ella. —sonrió y se tomó el atrevimiento de apoyar su cabeza en mis piernas— He notado que es una gran chica.

—Sí, bueno... —suspiré, no supe qué decir en ese momento.

—¿No te parece buena chica? —preguntó, esta vez al mirarme desde su posición.

—Sí.

Lo era, sin duda. Pero respondí a su pregunta más rápido de lo que quise.

—Y es muy atractiva y atenta, si tuviese a alguien que cuidara así de mí... No me recuperaría nunca.

—Cómo eres. —coloqué mi mano sobre su rostro y ella la alejó mientras hacía una mueca divertida— Sana, no juegues con esa chica, además, es menor que tú.

—Estoy bromeando. —hizo un mohín y jugó con sus manos de una forma muy tímida— Dahyun de verdad me gusta. Me capturó desde el primer día.

Primer día.

Flashback.

—Es nuestro primer día viviendo juntas, ¿No es lindo?

Nayeon rodeó mi cintura al estar detrás de mí y recargo su mentón en mi hombro. Yo solo dejé un pequeño beso en su mejilla y asentí con mi cabeza.

—¿Serán más? Incluso, ¿Años? —pregunté con entusiasmo.

—Sin duda, Mina. —me dio la vuelta y al tomar mis manos enlazó nuestros dedos de forma lenta sin dejar de mirarme.

Su mirada y aquel tierno gesto cuando besó mis labios, lograron volver loco mi corazón.

—Entonces, Dahyun gritó muy fuerte porque un pequeño gatito se le acercó. —la voz de Sana me sacó de mis pensamientos— Le dio mucho miedo.

No había entendido. Mis pensamientos en aquel momento se volvieron un caos, suspiré con fuerza al aguantar mi llanto pero mi cabeza comenzó a doler y sin poder evitarlo solté un bajo sollozo antes de tratar de cubrir mi rostro con una de mis manos. Sentí que Sana se levantó con cuidado y momento después sus brazos me envolvieron con delicadeza.